28. Por segunda vez

Start from the beginning
                                    

-Willow, mi amor, ven -al ver al niño, veo que tiene una herida de bala en la costilla.

-¡Mami, tienes que hacer algo! -Willow llora desconsoladamente-. ¡Mi hermanito puede morir!

-¿Tu qué?

¿Hermanito? ¿Willow tiene un hermano?

-Sí, tú eres mi mami -veo al niño.

Tiene los ojos igualitos a los míos y cabello rubio.

-¿Quién te hizo esto? -pregunto mientras la respiración del niño de va acelerando y comienza a entre cerrar los ojos.

-Él -señala y su pulso se detiene.

No, no, no ¡no!

Dirijo la mirada hacia el punto donde señaló el niño: Snow.

-Señora Mellark, al parecer puedo seguir haciéndola sufrir. Veamos que podemos hacer con la niña que es igualita a usted -su mirada la dirige hacia mi hija.

-¡No! -despierto sobresaltada.

Las náuseas regresan, corro hacia el baño y vuelvo a hacer la misma rutina que he hecho toda la noche.

-Katniss, vamos al hospital ahora mismo -cuando termino de lavar mis dientes, salgo de la habitación sin renegar para cambiarme.

Me pongo unos jeans oscuros, una camiseta negra, una sudadera y unos tenis.

Mi cabello lo trenzo y bajo las escaleras.

Mi niña está en la mesa jugando con un pedacito de masa.

Peeta ya la cambio. Tiene unos jeans oscuros iguales a los míos, una blusita blanca y una sudadera rosa. Peeta peino perfectamente su cabello castaño en dos coletas de caballo y un moño rosa en cada una de estas. Sus tenis rosas y ese peculiar color rojo natural en las mejillas.

Peeta toma a Willow en un brazo, y el otro lo pasa por mi cintura, salimos de casa camino al hospital ¡que alegría!

***

-Katniss Mellark, la doctora Gretchen la atenderá ahora -la secretaria me llama.

-Willow, nena, quédate aquí ¿sí? -Peeta la sienta frente al televisor donde hay un canal para niños -mi bebé asiente.

-Hija, por favor, no te vayas con nadie hasta que nosotros vengamos ¿bien? -beso su mejilla.

-Sí, Mami -sus ojos azules se dirigen al televisor y comienza a chupar su dedo índice, eso hace sólo cuando esta nerviosa.

-Señorita, le encargamos a nuestra hija, por favor -Peeta le da una sonrisa a la secretaria mientras toma mi mano.

-Sí, no se preocupe, señor Mellark -la rubia se ruboriza.

Ruedo los ojos.

-Muy bien, Katniss, haremos un par de análisis ¿está bien? -la doctora se pasea por la habitación.

-Haga lo que sea necesario, doctora Gretchen -Peeta besa el dorso de mi mano.

-De acuerdo, con estas pruebas de sangre, las haré, con permiso.

-Katniss, ¿estás bien? -Peeta acaricia mi mejilla.

-Peeta, estoy bien -le sonrió.

-De acuerdo, iré a ver a Willow ¿sí? -asiento y sale del consultorio.

Fijo mi vista en un calendario que tiene la doctora en su escritorio y me alarmo.

Se supone que mi regla tenía que llegarme hace cinco días.

Dios santo, la doctora Greene me había dejado muy claro que no podía tener otro embarazo.

Katniss, no seas estúpida. Comiste tanto de esos bollitos que por eso estas enferma, idiota.

Ignoro a mi subconsciente, otra vez.

-Katniss, ¿estás segura que te dijeron que no podías tener otro bebé? -la doctora enciende un ecografo, ¿que?

-Sí, bueno. Eso me dijeron -comienzan a sudarme las manos.

-Ven, recuestate y levanta tu blusa.

Hago lo que me pide. Mis manos tiemblan.

Pasa el ungüento que está demasiado frío por todo mi vientre, pasa la máquina y se ve un pequeño puntito.

-Sí, definitivamente estás embarazada -Gretchen sonríe.

Dios santo.

Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, ¡tendré otro hijo!

-Katniss ¿está todo -Peeta se detiene a la entrada y me mira con la boca abierta-... bien?

-Peeta -suelto una risa tonta-. ¡Vamos a ser padres por segunda vez!

Los juegos del hambre: Yo lo amo, él me ama, ¿cuál es el problema? (#1)Where stories live. Discover now