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Richie y Claire sabían muy bien que las miradas eran el delator perfecto para cualquier individuo en este planeta, y ellos no eran la excepción. Y es que ambos eran completamente conscientes de  que, quizás, las palabras podían estar llenas de falsedad o arte, pero eran las miradas las que confesaban realmente el lenguaje del corazón. 

-Dilo - susurró el moreno cuando aún yacían ambos tirados en el piso. 

Claire abrió levemente su boca. No seguiría negando que deseaba volver a ser besada por aquel hombre como nunca antes lo habían hecho. 

-Be... 

-¿Amor? - la voz de Erick llegaba a interrumpir algo que ambas miradas de aquellos amantes delataban. 

Claire se levantó de golpe sobre el guitarrista, para terminar erguida mientras acomodaba su ropa una y otra vez con sus manos. De malas ganas, Richie la siguió. 

-¿Está todo bien? - volvió a hablar dirigiendo su mirada desde su novia hacía el guitarrista. 

-S...si - se apresuró en caminar hacía él y tomarlo del brazo. - Hasta luego, Richie - volteó mirándolo con culpa. 

Richie sonrió molesto - buena cena, Claire - levantó su mano para caminar hacia su departamento. 

[...]

Y Erick podía hablar y hablar, y seguir hablando, pero sus pensamientos divagaban en una sola dirección: Richie Sambora. 

-Estoy algo cansada. ¿Que tal si nos vemos mañana? - se levantó con una fingida sonrisa. 

-¿No quieres que me quedé? - la acercó de la cintura. 

Claire sonrió llevando sus manos al cuello de él - hoy no, galán - lo besó friamente, aunque intentaba ser lo más cariñosa que una novia podría ser.

Erick suspiró - esta bien, preciosa - la besó - que duermas bien - sonrió sobre sus labios. 

-Buenas noches - respondió con una forzada sonrisa hasta acompañarlo a la puerta y volver a dejar un tibio beso sobre sus labios. 

¿A qué estaba jugando? 

[...]

Moviéndose de lado a lado, Claire no podía dormir. 

-Estúpido, Richie -  articuló molesta.

Quitó el cobertor de manera brusca y en un viejo y feo pijama se levantó. 

[...]

-¿Quien eres? - una colorina de poca ropa abría la puerta de su nuevo vecino. 

-Esta Richie - 

-¿Estas invitada a la fiesta? -preguntó interponiéndose entre ella y la entrada. Viéndola con absoluto desprecio.

Claire suspiro fastidiada. Un grupo de personas gritaba desde adentro, y la chica no hacía más que observarla con DESPRECIO.

-Sólo llámalo - respondió esta vez en tono serio y mirada asesina.  En aquel preciso instante el moreno se hacia presente. 

-¡Vecina! - dijo en tono irónicamente alegre. -- Descuida, hermosa, esta todo bien - se dirigió a la colorina. Claire le sonrió falsamente, para luego despedirse con un hipócrita movimiento de manos en señal de adiós. 

- ¿algún problema? - preguntó cuando dejaba de mirar por donde desaparecia la colorina. 

-Si - Richie la miró atento - son las 3 de la mañana bájale el maldito volumen a la música. - respondió seria. 

Sambora hizo una mueca - eres la única vecina que ha venido a molestar. 

-Quizás porque soy tu única vecina, idiota - respondió molesta. No estaba jugando- sólo hay dos departamentos en este piso

-Lo sé - sonrió irónico - por eso lo compre

-Sólo baja el volumen, Sambora - volteó. 

Richie la quedó mirando. Sólo su pijama estaba lejos de ser algo sexi. Sólo un buzo ancho y holgada camiseta. 

-¡Puedes venir con el aburrido de Erick, si quieres! - gritó. 

Claire levantó su dedo de al medio en su dirección. 

Richie rió.

-¡Lindo pijama, vecina! 

-¡Idiota! - cerró su puerta furiosa por la estúpida chica que la había resivido y por el idiota de Richie y su música. 

Sólo habían pasado algunos minutos cuando los golpes sobre su puerta no la dejaron continuar intentar dormir. 

-Sé que te gusto - Dijo desde el marco de su puerta. 

-Veté a tu fiesta, Sambora - intentó cerrar su puerta. 

-Sucede que ya no quiero estar en mi casa, puedo quedarme aquí - entró sin permiso alguno. - ¿No está tú novio? - miró en todas las direcciones. 

-Adelante, pasa, no te preocupes- hablo irónica, volteando resignada a que Richie no se iría tan fácil.

Richie sonrió. 

-Lo supe desde el día en que lo vi - respondió - digo el hecho de que ya sea colorin lo hace idiota- hizo una mueca. 

-¿Lo dices por la chica que está en tu departamento? - respondió irónica. 

-No - dio un paso hacia ella - lo digo por el aburrido y fastidioso de tu novio 

-No puedes venir aquí y hablar así de Erick - lo miró amenazante, sin retroceder ni el más mínimo paso. 

Calló un momento. Manteniendo fijamente la mirada sobre ella. 

-Dilo - la miró de forma abrazadora. - di que no lo amas, que no te gusta... que lo odiaste cuando estábamos tirados en el suelo. Que no fuiste a mi departamento por la música, que fuiste porque deseas lo mismo que yo... - dio un nuevo paso hacia ella. 

-¿Qué haces aquí, Richard? - se mantuvo en la misma posición, aunque internamente su cuerpo se encontraba en un maldito manojo de nervios.

-Quiero que me digas lo que sucedió en el ascensor, quiero que digas que sentiste celos al ver a aquella chica en mi departamento, que me digas que recuerdas aquella noche tan bien como yo lo hago... 

-Sólo vete y anda a celebrar con la gente en tu departamento, Sambora - volteó pero él la obligó a que lo mirase

-¿Por qué? ¿por qué lo amas? ¿Por qué son de él los labios que quieres sentir en tu piel? 

-No - respondió tajante - quiero que te vayas porque he tenido un maldito mal día, porque quiero descansar, porque estoy cansada , y porque quizás sí, sí quiero los brazos de erick envolviendome esta noche. Ahora si te marcharas sería perfecto porque aún tengo que ver cómo mierda le ayudaré a Kathe porque aún tengo que hacer miles de cosas y - se detuvo unos segundos - porque seguramente la colorina te ha de estar esperando - forzó una sonrisa y se dirigió a la puerta para darle paso a que se retirara.

Una noche, toda una vida.Where stories live. Discover now