Lejana

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La protagonista del cuento es Alina Reyes, que vive en Buenos Aires y registra en su diario no sólo su acontecer cotidiano sino sus más disparatadas ocurrencias y fantasías, lo cual le permite jugar con su nombre y convertirlo en el anagrama que dice: “Alina Reyes, es la reina y…” dejándolo inconcluso. Pero sobre todo el diario consigna las extrañas y recurrentes premoniciones de Alina a partir de la figura de una mujer desconocida, otra muy distinta a ella, una “lejana” que vive en Budapest, una indigente, que sufre frío y a la que su marido maltrata y golpea y por la que siente una “súbita y necesaria ternura”.

Una imagen reiterativa en toda la obra de Cortázar la constituye el puente que permite a los personajes establecer un tránsito y un medio de comunicación entre un ámbito y otro, entre una y otra personalidad, entre su realidad y la posibilidad de otra realidad para trocar sus identidades. Alina no siente, “sabe” que en algún lado debe cruzar un puente, sin entender cabalmente ni su significado ni su origen ni propósito. El cambio de identidad que se produce en Alina se irá manifestando de manera inconsciente e incluso a través del propio lenguaje: “porque soy yo y le pegan”.

Alina se casa y le pide a su esposo, Luis María, que la lleve de luna de miel a Budapest. Él accede y, la segunda tarde del viaje, ella sale a caminar sola por la ciudad. Su intuición la guía y logra llegar al puente sobre el Danubio donde ya la aguarda la harapienta mujer de pelo negro y lacio, “la lejana”. Una y otra se miran y caminan hasta la mitad del puente donde sin saberlo se han dado cita, como si sus almas se hubieran puesto previamente de acuerdo. Al encontrarse frente a frente y sin saber por qué, se estrechan en un abrazo fraternal durante el cual Alina y “Lejana” se fundirán y cambiarán sus identidades para que la primera se quede en Budapest mientras la segunda, “lindísima en su traje gris” vuelva al hotel donde la espera Luis María, su esposo. Esta última parte, la del encuentro, ya no se narra a través del diario de Alina sino por medio de un narrador omnisciente que nos adelanta que eso ocurrió dos meses antes de su divorcio, con lo cual se refuerza la idea de que Alina mantuvo su apariencia pero cambió su identidad dejando su ser amable y burgués en su propio cuerpo pero depositando su alma en aquella lejana harapienta, fatigada y muerta de frío, que se ha convertido en su doble.

(RESUMEN)la casa tomada y otros cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora