Capítulo Seis (HOLLY)

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-Tienes que quedar con él ahora mismo.

-¿Como que ahora mismo? ¡Estás loca! -le dije a Zoe, aunque tuviera muchas ganas de hacerlo.

-Que sí, hazme caso. ¡Cuánto antes, mejor!

Miré el teléfono con una sonrisa. Si enviaba el mensaje no habría vuelta atrás, pero si no lo hacía, me quedaría con las ganas.

De repente, Zoe me quitó el teléfono de las manos.

-No, ¡no lo hagas! -le dije en vano.

-Ya está, ¡enviado! -me dijo con una sonrisa malévola. Y en señal de victoria me enseñó la pantalla-. ¿Lo ves?

Acercándome, vi como el mensaje aparecía como enviado.

>>23

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>>23.00h Hotel Nairobi
habitación 58<<

Aún quedaba tiempo, él no lo había leído. Si conseguía arrebatarle el teléfono, podría cancelarlo y que él no se enterara, aunque eso significara que no quedaríamos y yo me pondría en una situación un poco indefensa.

-Pues ahora no lo ves -siguió Zoe-.

Y vi como borraba la conversación. Aquella era la única forma en la que yo no podía desdecirme de lo enviado.

-¡No! -dije, y ella dejó que lo recuperara.

Sin mensaje, no podía cancelarlo. Zoe me la había jugado.

-Zoe, ¡YO TE MATO! -le dije cabreada-.

-No, no me matas. Sabes tan bien como yo que deseabas esto, solo que te cuesta soltarte -me dijo la bravucona-. Y para eso ya estoy yo, soy el diablo en tu hombro.

La miré con cara de pena intentando camuflar las ganas de ir a esa cita concertada.

-Ya, ¡para con esa cara! Vas a ir, te pongas como te pongas.

-Pues va a ser que no -dije, e inmediatamente busqué excusas válidas para no acudir-, no estoy depilada, no tengo nada que ponerme, y lo más grave de todo, tengo la regla.

Me miró desconfiada y me dijo:

-Tu a mí no me engañas. La depilación te la hago yo ahora mismo ¿Ropa? Te presto yo un par de conjuntos para que partas la pana(1). Y la regla dices -me observaba atentamente, como a través de una lupa, mientras echaba por tierra, una por una, cada una de mis excusas-, ¡si la tenemos sincronizada! Hasta la semana que viene no nos viene a las dos.

Me di golpes mentalmente, sufriendo por lo idiota que estaba siendo.

-A ver, dime la verdad. ¿No quieres ir?

-Yo... -dije puesta entre la espada y la pared- Yo si quiero, ¿vale?

Y vi aparecer su cara de triunfo. Por fin había salido de mis labios la confirmación de sus sospechas.

-Eso creía. Así que deja de negarlo y vamos a hacer la reserva.

Tras una sesión de depilación con Zoe, donde más de una vez casi me arranca la piel, y de probarme varios de sus trajes escoltados, ambas nos decidimos por que yo llevara puesto el disfraz de Cat Woman.

Cuando llegué al hotel y entré en la habitación, llené el jacuzzi y me concentré en ponerme el mono ajustado.

Esperaba que acudiera, ya que la perturbada de mi amiga no me había dado opción a saber si lo había leído o no.

Estaba nerviosa, ya que era la primera vez que quedaba con alguien tan imponente y con tantas ganas.

No es que fuese una habitual de las noches esporádicas de relaciones de hotel, pero unas cuántas veces si lo había hecho.

Siempre en momentos de calentón, nada propios de mi manera de ser, ya que prefería las relaciones estables.

Aunque eso era decir mucho, ya que relaciones lo que se dice estables, no había tenido.

Y entre mis divagaciones, escuché como llamaba.

Tras unos segundos, llegué hasta la puerta y la abrí.

Sonrió. Y al devolverle la sonrisa de forma involuntaria, se calmaron mis nervios.

-Adelante -dije con voz sensual.

Y entró.

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(1) Para que partas la pana: viene de la frase hecha PARTIR LA PANA, que sea la mejor en algo, que no tenga rival.

El último beso [FANFIC Paul Rudd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora