-¿Qué tal estuvo su noche? -Fue lo primero que preguntó al entrar a la oficina, mientras que miraba a Álex con ansias de una respuesta-

-Pues, estuvo bien. Mis amigos se volvieron más locos que de costumbre -Soltó sin pensar y luego se sonrojo un poco- S-supongo que fue divertido.

-Puedo imaginarlo... -Hace una pequeña pausa y luego mira a Álex con picardía- ¿Y con cuántas chicas bailaste o platicaste anoche?

-Solo con mi novia la cama y mi amante la almohada -Dijo sonriendo divertido perdiendo un poco los nervios-

-¿Y no me las presentas? -Dijo siguiendo su juego-

-Tal vez algún día.

-Por cierto, ¿Sigue en pie la propuesta que te hice?

-¿Propuesta?

-La de ir a mi casa Álex.

-Ah, c-claro. Voy a estar libre. (Este día es viernes)

Demonios, lo había olvidado por completo, ¿Tener que ir a casa de mi jefe un día? Me dará un ataque de nervios si estoy tanto tiempo solo con él. Pensó inmediatamente el menor. ¿Qué tal si se da cuenta de lo que estoy sintiendo por él? No podría ser posible. Ash, ¿¡En que demonios pensaba para aceptar esa propuesta!?

-¿Álex? -Preguntó el mayor mirándolo-

Álex se había quedado mirando los ojos de Frank todo el rato que estuvo pensando.

-¿Ah? D-disculpa

Sacudió un poco su cabeza y volvió a mirarlo.

-¿Tienes algo?

-No nada, es que a veces me pierdo en mis pensamientos..

-Y, ¿En que pensabas?

Álex se puso un poco nervioso.

-Pues, en lo que pasó anoche, lo que hicieron los chicos -Respondió con una sonrisa de lado-

-Entiendo

El celular de Álex sonó, era el tono de llamada de Mangel.

-¿Me disculpas? D-debo contestar..

-Bueno, debo irme de todas maneras. Hasta luego Álex

-Hasta luego... Frank

Frank se acercó a la puerta, salió y cerró. Ay, este enanito me trae completamente loco... No sé qué hacer. Tal vez debería pedir consejos, pero... ¿A quien? Yo soy quien le digo a Guillermo que se le declare a Samuel, pero no creo ser capaz de seguir mi propio consejo en este problema. Entró en su oficina, se sentó en su escritorio y dio un largo suspiro mientras miraba la puerta, con ganas de que ese pequeño entrara a saludarlo, a decirle que lo quiere.

Mientras tanto, Álex salió de sus pensamientos de hace un momento para contestarle a Mangel.

¡Joder gilipollas! ¡Qué te he llamao desde hace siglos y no contestas! -Se le notaba la resaca que traía consigo-

Enamorado de mi jefe (Staxxby)Where stories live. Discover now