- Velkan maldito hijo de perra.- pensé.

-Así que fuimos al departamento de policías a poner la denuncia.- continuo Sadja interrumpiéndola.- Esa noche que llegaste al departamento, no estábamos porque nos había hablado el detective que llevaba tu caso, al parecer alguien te había visto un día antes, pero solo eran noticias falsas.- hizo una pausa y continuo.- Nos disponíamos a salir de la jefatura cuando recibieron una llamada proveniente del mismo edificio donde vivíamos, al parecer habia una pelea en nuestro departamento y pensamos que algo malo le habia pasado...

-A Daniel.- dije acariciando la taza entre mis manos.

-No pensábamos que estuvieras ahí Nina. Pensamos que no volveriamos a verte.- dijo Sadja con lagrimas en los ojos.

-Que paso Nina?....Donde estabas? no eres la misma.- me dijo Nikki mirándome con miedo.

-No me siento la misma.- dije seria.- Me llevo con él.- sentia las lagrimas formarse en mis ojos.- El me dijo porque las mato y todo era mi culpa.- dije llevando una mano a mi boca intentando ahogar mi llanto.-Me pidió que me quedará con el, decía que era suya, me estuvo observando todo este tiempo, desde Rumania, desde que tenia doce años. Era el hombre de los ojos color carmesi.

Sentí como se volvía mas pesado el ambiente a nuestro alrededor.

-El mató a Daniel solo porque me fui de su lado. Quiere que le de algo que no puedo- dije mirándolas a los dos. Una mirada pidiendo auxilio, pero sabia que era inútil, sabia que ya estaba condenada desde el primer día en que pudo olerme.

-Que te pide Nina?.- me pregunto Nikki tomando mis manos entre las suyas, sentándose al borde de la cama.

-Quiere que sea como el... pero el no es humano Nikki.- dije llorando.- por eso siempre supo donde encontrarme... porque es un maldito vampiro!- dije casi en un grito.

Nikki y Sadja se tensaron de inmediato, sus rostros palidecieron y sus ojos estaban abiertos de par en par.

-Que?.- preguntó Sadja; soltando la pregunta lentamente.

-Se que suena a locura.- dije mirándolas a las dos, teniendo miedo de que no me creyeran.- Se movía tan rápido cuando estaba junto a mi y dijo que mi aroma.- hice una pausa, me costaba respirar.- dijo que mi aroma lo volvía loco.- Sadja y Nikki no me quitaban los ojos de encima.- Cuando escape de el y llegue al departamento, el estaba ahí... me amenazo, me dijo que me quitaría todo, hasta sentirme vacía y que me daría la vida eterna porque solo el podría curar mi dolor.- repetir sus palabras me quemaban la garganta como veneno.-Me dijo que a esas chicas las había matado por mi, por cada una de las veces en que deseo dejarme seca mientras me hacia suya.  Justo antes de escapar por la ventana lo vi regresar de alimentarse, tenia la boca y barbilla llenas de sangre y sus ojos parecían dos agujeros negros.-sentía como todo cobraba sentido con cada palabra que salia de mis labios.

Escuchamos un ruido proveniente del pasillo, haciéndonos saltar del susto, eran pasos que se acercaban con dirección al cuarto.

-Alguien viene.- dijo Sadja, levantándose del sillón.

La puerta de la habitación se abrió, dejando a la vista una enfermera regordeta con una mirada llena de dulzura y pelo canoso, haciéndonos saber que los detectives habían llegado para tomar mi declaración.

-Claro.- contesté intentando sonreír.- Que pasen.- dije asintiendo con la cabeza.

Dedicándome una sonrisa, esta salio de la habitación rumbo a los oficiales que se encontraban en recepción, después de unos segundos escuchaba voces provenientes del pasillo cada vez mas cerca y mi corazón se aceleraba con cada paso que daban.

-No tardan en llegar.- dijo Nikki mirándome preocupada.- Solo di lo necesario. No digas nada que tenga que ver con la palabra vampiro.

-Mi historia ya suena lo bastante ficticia Nikki!.- dije sintiendo una oleada de nervios en mi cuerpo.- Debo ser honesta.- dije decidida.- Por ellas Nikki, por Daniel.

-Nosotras te creemos.- dijo Sadja besando rápidamente mi frente.

Unos pequeños golpes se escucharon sobre la puerta.

-Podemos pasar?.- se escucho una voz grave desde el otro lado de la puerta.

Mire a Nikki quien me miraba de vuelta.

-Siempre. Siempre juntas.- dijo guiñendome un ojo y por primera vez en lo que me parecian años, sonreí. Esos rostros que pensé que no volvería a ver, esos abrazos que pensé que no volvería a sentir, ese sentimiento reconfortante de saber que estaban ahí conmigo me recordó el porque no me di por vencida estando con Velkan.

-Adelante.- contesté.

La perilla de la puerta giro; dejando a la vista a dos oficiales que aparentaban tener mas allá de los treinta y cinco años, me resultaba intimidante el mas alto de los dos, casi los dos metros de altura, tenia facciones marcadas y parecía ruso, su mirada era dura.

-Buenas tardes señorita Santino. Soy el detective Kozel- dijo inclinando la cabeza en forma de saludo.- Venimos a tomar su declaración.- le dedico una mirada a mis amigas.

-Esperamos afuera.- dijo Nikki tomando de la mano a Sadja, cerrando la puerta de la habitación al salir.

-Queremos saber que fue lo que paso esa noche señorita Santino, desde que desapareció del bar.- dijo regresando su mirada hacia mi, recargándose sobre la puerta como Velkan lo hacía- y saber que fue lo que paso con el  joven Daniel Alabi.


Mía.Where stories live. Discover now