{16} A CE R O CO R ROM PID O

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— ¿Y cómo entran los que trabajan aquí?— Serpiente seguía manteniendo la mirada en la enorme puerta congelada que tenía ante ella.

— Cuando Rush y yo vinimos, alguien usó el ascensor para bajar aquí. De alguna manera, la máquina dejó de funcionar, o hay otra entrada— ahora Ivonne era la única que miraba hacia la puerta.

— Esto es lo que tanto esconden— Serpiente se giró y miró detrás de ella.

Había un pasillo más largo que el de cualquier planta del mismo edificio. La puerta de acero abría un pasadizo. En ambas paredes del pasadizo había muchas puertas, que cada una daba a una pequeña habitación. Al final del pasillo, había una puerta que destacaba sobre las demás, y tenía una nota en ella.

— ¿Qué hay en las habitaciones?— Ivonne se lo preguntó a Serpiente, que ya estaba caminando lentamente hacia una de ellas.

Paró en seco cuando vio, a través del cristal que estaba al lado de la puerta, una habitación de niño pero con una camilla de hospital, sobre la que dormía un niño con muchos sistemas conectados a su cuerpo, y sobre todo, a su cerebro.

A Ivonne le comenzaron a salir lágrimas solo con el primer segundo.

Serpiente empezó rápidamente a caminar por todas las habitaciones del pasillo, en cada una de ellas sentía más lamento por todos los pequeños niños y niñas que se encontraban allí.

— ¿Qué se supone que les están haciendo?— Ivonne estaba llorando y costaba entenderla.

  — Ven aquí— Serpiente se había parado en uno en especial.

La niña de esa habitación tenía un póster en el que ponía 012. El resto de la habitación estaba decorado de rosa, con juguetes y cosas para que se entretuviese. La niña estaba tendida en la camilla, y en la mesita que tenía al lado había un cuenco muy pequeño, con un chip de robot de robot en él.

— Crean los chips a partir de consciencia de niños desaparecidos— a Ivonne le costaba pronunciar cada palabra de la oración.

— ¿Y por qué niños? ¿Por qué no cualquier otra cosa?— Serpiente hablaba en un tono muy bajo.

— Tendrán muy pocos años y a saber cuánto tiempo llevan encerrados— Ivonne se estaba mareando— Tienen una memoria de humano casi vacía. Perfecto para crear una consciencia para un robot.

Serpiente se sentía culpable.

— Madre mía— Ivonne siguió llorando, pero esta vez se tapaba la cara con las manos.

La puerta de acero comenzaba a abrirse, muy lentamente. Ambas giraron la cabeza hacia ella.

— ¿Qué?— Ivonne gritó demasiado.

— Por eso se apagó la máquina. Alguien ha hecho que se apague para que pudiese descongelar la puerta y entrase— Serpiente cogió del brazo a Ivonne y comenzaron a correr hacia la puerta al final del pasillo.

Abrieron la puerta, y antes de cerrarla, Ivonne cogió la nota que estaba pegada en ella.

— Silencio— Serpiente susurró.

Mientras tanto, Ivonne leyó la nota.

El chip de la sala número 013 ha sido robado y el robot al que iba destinado ha desaparecido. Si alguien sabe cualquier cosa, que se lo comente urgentemente al jefe. El chip no estaba acabado, podría causar problemas internos desde mal funcionamiento hasta una explosión. Se ruega cualquier información.

- Detective Especial, Nayah

 — Lo que faltaba— Ivonne tenía una mezcla de lamento, rabia, furia y desconfianza bastante curiosa.

Serpiente puso su dedo índice en los labios marcando silencio.

  — ¿Y si salimos y le partimos el culo al que esté allí fuera?— Ivonne gritaba susurrando.

— No. Lo que vamos a hacer es llamar a los Controladores y a los policías. Así descubrirán que yo no tuve nada que ver y que tú solo hacías lo correcto.

  — Y sobre todo, que el jefe se pudra en la cárcel— Ivonne puntualizó.

***

 — ¿Querías verme?— Xeeyiah apareció desde un lado del callejón.

 Al final del mismo, se encontraban Ivonne y Serpiente.

— Hemos descubierto qué pasaba en nuestra empresa— Ivonne sabía que Xeeyiah no era de fiar.

Xeeyiah no separaba la vista de Serpiente.

— La empresa está por llegar a su fin. Quería decirte que ahora mismo tu empresa va encabezada. Por eso, no hace falta que busques nunca más a Serpiente.

Xeeyiah se acercó, con una mano en el estómago, como si impidiese el dolor, y la otra preparada para sacar algo del interior de la chaqueta.

— Venga ya, Ivonne— Xeeyiah esta vez la miró a ella— Pensé que serías un poco más astuta.

Xeeyiah sacó una pistola de dardos tranquilizantes y disparó a Ivonne. Serpiente, se giró para encontrar algún tipo de escapatoria, pero antes de que pudiese pensar algo, Xeeyiah la disparó con un arma especial para androides, que los corrompe por dentro y les mata poco a poco.

Ambas estaban en el suelo. Xeeyiah sonrió. Guardó el arma de nuevo en su bolsillo. El androide manipulado salió del mismo lugar que ella, cogió a Serpiente en brazos y se fueron.


SerpienteWhere stories live. Discover now