Japón tenía que llegar pronto y él encontrarse... Tenía que bajar de ese estúpido avión ya, pero a penas era capaz de estar consciente, de hacer cualquier cosa. Menos mal tenía nacionalidad japonesa, sabía el idioma, por lo menos expresarse de forma oral y no escrita. Ya era una ganancia en lo personal.

Siempre seguirás siendo llorón, DaeHyun.

Se dijo así mismo, porque ¿cuánto tiempo pasó para sentir sus mejillas empapadas y que la señora a su lado le ofreciera ayuda o una mano por si temía en esos viajes? Debía estar haciendo el ridículo.

Agradeció a ella y negó, buscando torpemente en su mochila algo con que secar sus lágrimas en ese momento, no se había oído así mismo, sabía que no se estaba quejando pero las malditas lágrimas iban cayendo una a una sin parar, casi sin piedad. Sintiéndose ahogado, sin poder respirar junto con el dolor en su pecho creciendo cada vez más, maldita sea, un jodido ataque de ansiedad le iba a dar y era lo último que necesitaba en esos jodidos días que le tomó empacar lo que le importaba en verdad. 

Quitó el cubre bocas y limpió su rostro como podía, sus ojos eran algo hinchados de por si, pero ahora le importaba poco al ser llanto, por lo menos contra restaba el hecho de estar durmiendo casi nada sólo por estar pegado al teléfono con la absurda esperanza de que le llamaría y le diría que terminar era una completa locura. 

¡Le había pedido matrimonio! Había aceptado... Y ahora ¿No estarían más juntos? Vaya joda. Tenía todo el derecho de estar molesto y querer mandar a la mierda a medio mundo. Excepto a él... Lo amaba, incluso si le había jodido así. Incluso si no peleaba por él como había querido. O mínimo imaginado. 

Odio tu maldito orgullo... YoungJae.

Y lo peor es que lo amo incluso. 

Porque te amo a ti.

¿Tú no sentías esto por mi? 

¿Sólo jugaste conmigo? 

Entre tantas preguntas que quería respuestas, que no se había atrevido a decir en su momento no sé dio cuenta cuando las casi dos horas terminaron. 

Buscó a Kanji entre el equipaje y quiso sacarlo, sin embaro no estaba muy seguro si era probable, sabía que su auto tardaría en llegar al puerto de Tokio. Así que sólo tomó a su mascota y su maleta, menos mal había cambiado los Wons que tenía por yenes. Pasó el taxi que le dejó en el hotel y entró al edificio. Dejó que Kanji se paseara por él una vez que le enseñó el baño, menos mal aceptaban mascotas  tenía un tapete para que el pequeño fuera hacer sus necesidades. 

DaeHyun terminó por recostarse en el sofá, estaba cansado pero no se sentía demasiado para quedarse dormido, necesitaba descargar ya con alguien, tenía que visitar ya a su madre, cuanto antes. 

Sin embargo para esa hora era imposible. 

Tuvo que esperar al otro día para poder ir por el auto y viajar. 


—Ya te dije que no, Kanji.— Había conseguido a penas tranquilizar al pequeño tenía que ir cuanto antes al templo o de lo contrario creería que perdería la cabeza así comoantes de que el auto se quedara sin combustible suficiente. Su cachorro estaba dentro de su caja transportadora, estaba cansado como él, eso era seguro.— Por favor, ya comiste...anda a dormir, volveré pronto.

Le aseguró al cachorro antes de levantarse de donde estaba y cubrir la pequeña "caja" con una de sus chaquetas ignorando los pequeños llantos de Kanji, quería llevarlo con él pero realmente no admitían perros donde iba por muchas y obvias razones, además quería estar solo.
Afortunadamente no estaba lejos del lugar donde su madre... el cuerpo de su madre descansaba. 

Perdido. DaeJaeOn viuen les histories. Descobreix ara