- Vete tranquila, así Ana y yo aprovechamos y hablamos cosas de suegra y nuera - Inma me miró y palmeó mi pierna con cariño mientras me guíñaba el ojo - ¿a que sí...?
- Claro, te esperamos aquí... - asentí y miré a Mimi para hacerle ver que todo estaba bien.
Mimi se quedó mirándonos con ternura, estoy convencida de que le gustó mucho ver aquella imagen en la que su madre y yo nos mostrábamos tan a gusto juntas.
Sobre todo después de haberle comido la cabeza con aquella rayada mía de que Inma me odiaba.
Se agachó ligeramente a besar la cabeza de su madre y después se acercó a mí para darme un pico corto pero intenso.
- Os quiero - susurró
- Miriam haz el favor - Inma intentó estirar la toalla de su hija para taparla un poco ya que se le veía una buena parte del trasero - que te tiene que estar entrando frío por todos los agujeros habidos y por haber - gritó divertida
las tres reímos.
- ¡Mamá! ¿No ves que no hay más toalla por mucho que tires? - bufó - me voy a vestir...
- Os voy a tener que regalar un juego de toallas más grandes porque vaya tela... - le rebatió Inma.
Aquel momento me pareció precioso y no pude parar de reír mirando como las dos tenían la típica escena de madre e hija.
Ahora sí, ahora de verdad sentía que éramos una familia y que todo iba viento en popa.
Mimi se marchó a la discográfica y yo me retiré un momento a ponerme algo de ropa cómoda.
Cuando volví, escuché como Inma trasteaba algo en la cocina y me acerqué a mirar.
- Ay, Ana... - me miró algo apurada - ¿Cómo va esta cafetera? Parece un robot, que cosa más fea... - dijo con desprecio
Yo reí porque pensaba lo mismo y ella se retiró para dejarme a mí.
- Adivina quien la compró... - levanté las cejas
- Mi hija, nada más verla lo tuve claro... - cabeceó
Reí
- ¿Quieres cortado? ¿Con leche?
- Ah, no, no... sólo con hielo - contestó
- Pues ahora mismo lo tienes, siéntate si quieres, ahora te lo llevo - le dije amable
Cuando me di la vuelta Inma miraba algo emocionada una foto que teníamos en el frigorífico de Mimi de pequeña.
- Era una niña preciosa... bueno, y lo sigue siendo - dije con una sonrisa - claro que tiene a quien salirse... Y no es peloteo ¿eh?
Ella me dedicó una sonrisa triste sin dejar de mirar la foto.
- Era preciosa pero no era feliz - soltó en un sollozo y cabeceó algo triste
Le ofrecí el café después de echarle un par de hielos y la agarré del hombro.
- ¿Porqué dices eso? - pregunté extrañada
- ¿Nos sentamos?
- Claro...
Nos sentamos en el sofá y después de unos segundos de silencio en el que Inma aprovechó para dar un sorbo a su café, me miró como asegurándome que lo que me iba a contar, necesitaba saberlo.
- ¿Miriam te ha contado algo de su infancia? - me preguntó interesada
- Pues, no mucho, la verdad...
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La revolución.
FanfictionLa vida después de estos tres meses va a ser preciosa, pero no fácil.
El pasado
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