Capítulo 10: Incontrolable

2 0 0
                                    

—Ya lo sabes, ¿no es así? —le dijo Erika a Ai. La aludida levantó la vista y la miró—. Lo que sucedió con tu madre.

—Lo sé. Y por todo eso, todos ustedes deberían estar muertos.

—¿Qué? —preguntó Tadayoshi—. ¿Cómo?

—Shibutani-sama —dijo Aidaku.

Erika sacó las capuchas que protegían los rostros de los hakudaku que estaban frente suyo, mostrándoles a los presentes que aquellos seres, físicamente, no eran tan diferentes a ellos.

—Los hakudaku forman parte de un grupo de elite entrenado para protegerme —dijo—. Ellos son exactamente iguales a nosotros, simplemente aprenden a controlar sus poderes para llevarlos hasta el límite con facilidad. Además se mueven a una velocidad superior a la normal. Tal es así que parecen materializarse en forma de niebla cada vez que se mueven de un lugar a otro.

—Shibutani-sama no sólo imitó nuestros poderes —dijo Shikondaku.

—Él fue capaz de superarnos —dijo Aidaku.

—Y sigue sin usar la mitad de su poder —dijo Erika.

Tadayoshi cerró los ojos por unos segundos. Cayó de rodillas al suelo y suspiró sonoramente, sorprendiendo a los presentes.

—Es estúpido, pero siento cómo una carga enorme me es quitada de los hombros —dijo, mientras masajeaba uno de sus hombros con la mano contraria—. Lamento profundamente el habértelo ocultado, Subaru-kun.

—¿Eso es suficiente para ti? —preguntó Ai—. ¿Tienes idea lo que tuvo que soportar todo este tiempo por culpa de Ikuta?

De repente, miles de imágenes y sensaciones fueron impregnadas en la mente de los presentes y de aquellos en quienes Ai había confiado hasta ese momento. Todas las que Subaru experimentó cuando fue privado de su libertad por parte de Toma.

—Ai, ya basta —le pidió Subaru, siendo él el único que no estaba siendo afectado pero que sin embargo, sabía lo que Ai estaba haciendo.

—¿Saben lo que es desear ser asesinado? ¿Pedirlo entre súplicas y que a nadie le importe? ¡Él no quería ese destino! ¡Una parte suya no quería eso!

—¿Y la otra? —le preguntó Ryo, ocasionando que Ai perdiera el control de aquellas imágenes—. ¿La otra qué quería, Ai?

—La otra contaba los días para salir de ahí y matarlos a todos.

—Entonces, que lo haga. Deja que lo haga. Esa es su naturaleza. Así es Subaru.

—No. Ustedes lo hicieron así.

—Ai —Subaru posó una de sus manos sobre sus hombros y se adelantó, quedando de pie entre Ryo y ella—. Reconozco mis culpas y me haré cargo de ellas. Pagaré todos mis pecados para poder levantar mi rostro con orgullo y decir que soy inocente. Pero, ¿usted, Nishikido-san? ¿Usted cómo puede atreverse a mirar a Ai a los ojos? ¿No es usted peor que yo, que utilizó a los demás para su propio beneficio?

Un sonoro golpe sobre una de sus mejillas interrumpió su monólogo.

—No fue fácil —susurró Ryo—. Yo nunca quise todo esto. Si hubiera sido por Maru y por mí, le hubiéramos dicho la verdad a Ai. Pero Tadayoshi, Erika, todo el resto nos lo impidieron. Cada palabra de afecto que esa muchacha me decía, cada muestra de cariño, no hacía más que destrozarme el alma cada vez un poco más. No tienes ni la más puta idea lo que se siente eso, así que no me vengas a dar sermones, ése fue tu método, ¿o acaso lo olvidaste?

En una fracción de segundo, Ryo levantó su mano para volver a atacar a Subaru, pero éste fue evitado por la barrera que Ai levantó, colocándose ahora ella en medio de ambos. A su lado, Subaru evitó un ataque hecho por Ryuhei. La potencia de sus ataques y defensas hicieron colapsar las escaleras.

Memories [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora