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Aitana.

Aitana leía los mensajes de Vicente mientras suspiraba y veía una película cualquiera de la televisión. El chico la volvía loca, pero no en el buen sentido. Todos los días recibía mensajes suyos disculpándose y rogando por otra oportunidad. No sabía cuantas le había dado ya.

Dejó los mensajes y se metió en el correo, leyendo los datos de Luis Cepeda y de su hija, Paula.

Por lo que el señor Cepeda le había dicho necesitaba que cuidara a su hija por las tardes, aunque el mismo no trabajara. Según le había dicho era para echarle una mano y mostrarle así a su hija a una figura materna.

Debía confirmar si aceptaba esa misma tarde, pero aún no había contestado. No tenía mucho donde elegir, la verdad. Necesitaba el dinero para pagarse el piso en Madrid, ya que ella es de Barcelona.

Decidió mandarle un correo al señor Cepeda diciéndole que aceptaba el trabajo y que podría incorporarse cuanto antes. Se puso a hacer trabajos para la universidad y así adelantar algo antes de comenzar su nuevo trabajo.

A lo largo de la sesión de estudio le llegó otro correo con la dirección de Paula y la hora a la que tendría que estar ahí, mañana mismo.

Luis.

Después de terminar a las doce en la oficina fui a casa, tenía que tener la comida hecha para Paula. Hoy no se quedará en el comedor, irá a casa y le contará durante la comida la incorporación de Aitana a sus tardes.

Preparé tortilla de patatas, como no. Solía ser la comida favorita de Graciela y a día de hoy lo es de Paula. Mientras recogía la casa y hacía la comida llegó la hora de recoger a Paula del colegio.

En el camino a casa me contó lo que había hecho en clase y con quien había jugado en el recreo. Realmente no sabía como se iba a tomar la llegada de Aitana. Una cosa es querer algo y otra tenerla.

Nos sentamos a comer y comenzó todo.

-Paula, en un rato va a venir a casa una amiga, se llama Aitana y a partir de ahora va a cuidarte como la tía Ana hace algunas veces.

Ana. No le había dicho nada de la niñera y dudaba mucho que Roi lo hubiese hecho.

-¿Va a jugar conmigo como lo hace la tía Ana?

Sonreí mientras asentía y terminábamos de comer. Quizás Roi tenga razón, lo único que mi hija quiere es algo de atención de una mujer y puede que se le pase la búsqueda de una madre por algún tiempo.

A las cinco, mientras Paula hacía la tarea en su cuarto, sonó la puerta. Al abrirla pude ver una chica joven con una sonrisa nerviosa colocándose el flequillo.

-Buenas tardes, soy Aitana Ocaña, ¿usted es Luis Cepeda?- Asentí mientras le sonreía y le hacía un gesto para que entrase.

-Paula está terminando los deberes, bajará en unos minutos.- Estaba nervioso. Nunca había confiado a su hija a ningún extraño.

-¿Cuántos años tiene Paula?

-Va a cumplir cinco años. Es pequeña y no he podido estar mucho con ella por mi trabajo.

Aitana miraba nerviosa la casa en la que pasaría sus próximas tardes. Había algunas fotos en las paredes de Luis y quien ella supuso que serían Paula y su madre. Continué hablando.

-Le he dicho que eres una amiga que va a cuidarla, como hace su tía de vez en cuando. Pensé que así se familiarizaría más con la idea de que alguien más le cuide.

Aitana iba a contestar cuando vio a un niña pequeña bajar las escaleras corriendo con una libreta en mano y los rizos rebotando en el aire.

-¿Ella es Aitana?-Asentí nervioso sin saber como iba a reaccionar.- Soy Paula, ¿te gusta jugar?

Pídeme la vida | AitedaWhere stories live. Discover now