49.- ¿Me harás rogar?

Începe de la început
                                    

-Tranquila – tomé su mano – no dejaré escapar a Nayeon.

-Invítala hoy día, me quedaré con Jeongyeon.

-Lo haré.

-Otra cosa – Mina se levantó de la silla – esto es algo que tenemos que hablar con mucho más tiempo pero, creo que sería bueno que una de las dos se establezca en San Francisco. Después de todo tú y yo somos la cara visible de todo esto.

-Creo que es un tema que podemos hablar más adelante.

-Me iré desde el departamento de Jeongyeon hacia la corte mañana.

-Nos vemos mañana entonces.

Me quede mirando como Mina tomaba las llaves de su auto, su bolso y volteaba a regalarme una de sus sonrisas tan típicas. Le sonreí de vuelta y le guiñé un ojo. Realmente quería que ella fuera feliz, era una de las personas que más se lo merecía.

Después de que Mina saliera llamé a Nayeon desde mi celular, una parte de mí esperaba que no contestara después de haberla ignorado durante una semana pero, no, ella contestó a penas su celular sonó.

-Momo – por el tono de su voz note que había estado llorando.

-Nayeon – hice una pausa – ¿Por qué estas llorando?

-Porque... yo... creí que te había vuelto a perder – en ese momento me odie a mí misma por haberla hecho llorar nuevamente.

-No tuve una buena semana, lamento haberte ignorado. Creo que de cierto modo, necesitaba mi espacio.

-Lo entiendo, en serio lo entiendo. Para la próxima sería de mucha ayuda que me trataras de explicar que es lo que ocurre.

-¿Quieres venir al departamento? Te cocinaré, podemos mirar películas y simplemente terminar en la cama acurrucándonos la una con la otra.

-Me parece una increíble idea.

-Te espero.

-Llego en 20 minutos Momo.

Apenas corté el celular me levanté de la silla y caminé hasta la cocina. Comencé a juntar algunas verduras y la carne que ocuparía. Quería que Nayeon se alimentara bien, nunca fue muy buena cocinando y ahora, que vive sola sabía que quizás, no se estaba alimentando del todo bien.

En cuestión de minutos el departamento fue rodeado de un aroma delicioso. Me imaginé el rostro que pondría Nayeon al sentir ese olor. Aunque le he cocinado pocas veces desde que volví a Corea, de esas pocas veces, nunca había dejado de sentirme nerviosa. Me gustaba tener su aprobación hasta en los más mínimos detalles.

Aun no terminaba de lavar la loza que había ocupado para cocinar cuando el timbre del departamento sonó, era Nayeon. Corrí a abrir la puerta – Hola – la gente sabía que Nayeon era una de las mujeres asiáticas más lindas del mundo pero, hoy día, se veía extremadamente hermosa. Llevaba un vestido ceñido a su cuerpo, tenía un escote entre medio de sus pechos que hacía que no pudiera sacarla la vista de encima, llevaba el cabello liso, casi nada de maquillaje – Hey, mis ojos están acá arriba – Nayeon llevó su mano a mi barbilla e hizo que la mirara.

-Lo siento, adelante, pasa – Nayeon pasó adelante mío y para mi sorpresa, el escote no era sólo por la parte delantera – te ves hermosa – dijo sin siquiera pensarlo.

-Gracias – Nayeon volteo a mirarme - ¿vas a cerrar la puerta? – Estaba tan distraída con la imagen que tenía frente a mí que me costaba concentrarme – Huele delicioso – Nayeon caminó hasta la barra de la cocina y se sentó en uno de los bancos que rodeaba la barra.

Daño ColateralUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum