Profundo

El vaivén de las frías olas del mar baña mis pies descalzos sobre las cálidas arenas de esta hermosa playa, llevándose consigo la impureza de mi piel y trayéndome de si la virtud de sus aguas; este contraste entre los cambios de temperatura renueva mis energías y me impulsa a seguir combatiendo con tu indiferencia.

Recojo entre mis manos este líquido tan claro, y al igual que con tu amor, se desvanece entre ellas.

Quiero seguir, deseo luchar por ti, pero te sientes como el océano, tan extenso, infinito e indomable, y me estás ahogando, me estoy hundiendo.

Como un tsunami te alejas de mí y luego regresas con fuerza, acabando con mi ciudad de "no caeré de nuevo" y lo continúo haciendo, la sigo reconstruyendo y tú sigues volviendo.

Floto para descansar, nado para escapar, pero no me abandona la sensación de estar naufragando en una gran extensión de agua salada por tu falta de interés.

Ese océano que separa mi amor entre el navegar y aceptar los peces que están detrás de ti, o explorar y descubrir que quizás no todos los océanos necesitan de un cardumen para ser feliz.

Y me estas ahogando.

Me estoy hundiendo.

Por ti.

Y me estas deshidratando.