ADICCIÓN

45 18 2
                                    

                      Tengo una rara adicción, y no, no es de esas adicciones que llevaron a la muerte a grandes como Ribeyro.

                       Así es tengo una adicción, una de esas que te enganchan hasta no poder dormir sin haberlo hecho...

                       Suelo avergonzarme de eso, pero ¿Vamos? Quien va a ser tan ingenuo de indignarse con el solo hecho de leerlo, todos tenemos adicciones.

                        Algunos al amor y desamor como Benedetti.

                       Otros a lo obscuro, satánico y desastroso como Baudelaire...

                       Quien sabe cuántas adicciones alberga este mundo, los seres humanos somos criaturas que suelen encariñarse demasiado con ciertas cosas, no, ahora que lo pienso no. La palabra no sería encariñar, tal vez obsesión, si esa es la palabra, la obsesión.

                         En todo caso como sea que pueda ser, mi adicción es tan normal y a la vez tan rara, uh, mi adicción...

                          Será tal vez la comida, o puede ser el cariño, quien sabe... el chocolate quizás...

                          Ummm no, ahora que lo pienso solo es una adicción, ya saben esa adicción, la que normalmente no quieres admitir

                           Ya saben, la adicción, una que puede ser mortal incluso más que el tabaquismo, el alcoholismo o hasta la mismísima drogadicción

                           Una rara adicción, ya saben, la recurrente necesidad de estar obligado a pensar, sí, a pensar, ya saben, a recordar.

                            Sinceramente creo que esta adicción es la que más odio, pero ahora que recuerdo todo de mi lo odio, sí, así es, esa es mi adicción, ese insigne tormento que decido llevar cada día

                            Pensar en lo mucho que me odio, siempre ver lo negativo en mí, sí, eso es, mi adicción amigos (ja amigos)

                            Mi adicción, dulce lector, mi adicción es odiarme, no puedo vivir sin hacerlo, es inevitable despertar y ver mi detestable cabello

                           Es inevitable reconocer mis enormes granos llenos de grasa que consumí y consumo sin parar

                            Es inevitable poder mirarme al espejo sin ver al monstruo en que me convertí y siempre fui

                           Soy lo peor, quien sabe, mis pecados inminentes, los recuerdos tormentosos

                           Saben esa es mi adicción recordar todo lo que hice mal, ver cada punto erróneo en mi inmensa cadena de piel que llevo, cada escoria pregnada en mí.

                           La dulce adicción que tengo es esa, un extraño apego a lo doloroso

                           Me hice tan dependiente de los malos recuerdos que creo que será difícil si es que me da alzhéimer

                          Es que no puedo vivir sin poder recordarlo, no puedo, estas estúpidas manos, este cuerpo demasiado expresivo, que alguna vez pudo ser cual cisne en verano, pero solo es la grasa conjunta de ocho mil cisnes muertos

                          Bueno así es este estúpido cuerpo y cerebro que tengo me resultan repugnantes y mi adicción no deja de ser esa, odiarme y recordar absolutamente todo lo estúpido que suelo hacer

                          Con esto y sin más que decirles, los dejó mis lectores finalmente soy tan cobarde que no puedo acabar con mi adicción, porque la única cura para ella es acabar con mi vida. Pero como ya sabrán no tengo la valentía suficiente para hacerlo. Así que solo me queda continuar con ésta adicción.

ADICCIÓNWhere stories live. Discover now