-Quizás me podría quedar con Jackie o Lauren hasta que la escuela se termine - sugerí en un intento de tratar y rectificar lo que me quedaba de mi último año escolar-. Son sólo unos pocos meses.

-Rotundamente, no -mi mamá movió su cabeza y ni siquiera se molestó en mirar a mi papá para llegar a un acuerdo. Ella estaba lidiando con esto porque, obviamente, Patricia Abbott sabía la manera correcta de sobrellevar cada espantosa, desagradable situación-. Vamos -ella me reprendió, mostrándome una sonrisa que yo sabía que debía devolver-. Todo va a estar bien. Lo prometo.

Ella -prometió, como si eso supuestamente me hiciera sentirme mejor. No lo hacía. Y mirando hacia atrás en eso, esto solamente muestra que aún la columnista de etiqueta número uno sindicada de América no está siempre en lo correcto.

Seis semanas después nuestro taxi paró cerca de la vereda en frente de la terminal de Aerolíneas Unidas. Probablemente nos veíamos totalmente normales, una familia de cuatro integrantes marchando a unas cálidas y tropicales vacaciones justo después de Navidad. Pero incluso habiendo salido cuatro personas del taxi, sólo tres de nosotros llevaba equipaje. Y la persona responsable de haber arruinado mi último año escolar estaba sosteniendo un boleto de avión.

-Parece que eso es todo. -Nos dijo mi papá mientras acomodaba dos bolsos y la bolsa de lona Nike de TJ sobre la acera.

El taxista debía saber que este no iba a ser el típico momento de familia conmovedora, y fue lo suficientemente listo como para deslizarse en el asiento del conductor después de cerrar la cajuela.

-Adiós, papi -TJ fue el primero en decirlo. Él parecía totalmente indemne a todo esto, completamente olvidando que mi padre, sin ayuda de nadie, lo había arruinado todo. Mi hermano más chico fue siempre el niño problemático, así que ¿cómo terminé yo siendo la difícil en esta situación? -. Te voy a extrañar.

Mientras ellos compartían un momento de padre-hijo conmovedor, completo con abrazos y palmadas en la espalda, me fui hacia atrás por las puertas deslizables de vidrio, agradecida por las ráfagas de aire cálido que se escapaban cada vez que un pasajero entraba.

No había forma de que mi padre fuera a recibir un abrazo de mi parte. Y no estaba por decirle que él iba a ser extrañado.

Cuando mi papá le dijo a mi mamá que había decido quedarse atrás en Chicago por un momento, ella en realidad pensó que él quería decir que había decidido que todos nos quedáramos un tiempo en Chicago. Olvida que nosotros ya habíamos vendido nuestra casa, comprado una nueva en Branford, enviado nuestros expedientes nuevamente a la Academia Heywood, y contratado un camión programado para arrastrar todos nuestros bienes terrenales en menos de quince días.

Lo que más le molestó a mi madre acerca de las noticias fue que ella ya había enviado los anuncios de ―¡Nos estamos mudando!‖ a todos en la lista de Navidad de la familia Abbot. Aparentemente, mi papá lo había aclarado con su Compañía e iba a permanecer en Chicago por unos meses antes de hacer su traslado. Bastante malo que no lo haya aclarado con el resto de nosotros.

-¿Emily? -Mi mamá me dirigió una mirada que significaba que yo era la siguiente en la fila para este momento digno de ponerle un sello (Momento Hallmark). Supuestamente debía envolver mis brazos alrededor de mi papá y actuar como si todo estuviese olvidado. Y yo, simplemente, no podía hacerlo. No podía pretender que los tres de nosotros estábamos haciendo un viaje en vez de reconocer lo que realmente estaba pasando -mi padre nos estaba dejando plantados.

-Hace frío, estoy lista para dirigirme adentro. -Les dije y agarré la manija de mi valija para levantarla antes de que mi papá pudiera alcanzar un abrazo. Mi papá no se merecía abrazos y llorosas despedidas.

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: Jul 22, 2014 ⏰

Adaugă această povestire la Biblioteca ta pentru a primi notificări despre capitolele noi!

the book of lukeUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum