- Necesito que te ligues a Raoul.

Agoney se quedó demasiado tiempo mirándola con la boca abierta y el ceño fruncido intentando averiguar qué había dicho su amiga, porque claramente no había oído bien. Y menos mal que estaba apoyado contra la pared porque... ligarse... a Raoul. Precisamente a Raoul.

- ¿Qué?

- Que necesito que seduzcas a Raoul.

Dios, sí que había oído bien.

- ¿Qué?

- Joder, Agoney, sí que estás espesito, ¿eh? Que necesito que te-

- Si, si, te he entendido. Pero... pero ¿qué?

Nerea suspiró resignada. Y justo entonces sonó el timbre que anunciaba la primera clase. Sin decir una palabra más empezaron a andar en dirección a su aula, unos pocos metros más allá en el pasillo, Nerea delante dirigiendo el paso y Agoney siguiéndola muy de cerca esperando una explicación.

- No, en serio, Nerea.

- Después de clase te lo explico todo bien, ¿vale?

- ¿Y para qué me dices nada ahora? ¿Y yo como me concentro?

Ella simplemente se encogió de hombros y entró en la clase. Agoney la siguió dos segundos más tarde, pensando en qué narices estaba pensando su amiga. Cuando entró recorrió el espacio con la mirada, buscando los asientos que había escogido Nerea para ellos, saludando con un gesto y una sonrisa a la gente que le devolvía la mirada.

Sus ojos se detuvieron inevitablemente en Raoul. Primero, porque había sido el protagonista de esa corta, confusa e insuficiente conversación que acababa de tener con Nerea. Segundo, porque aún y estando la mitad de los asientos vacíos, Nerea había decidido sentarse justo detrás de él.

Agoney decidió que no iba a preocuparse por lo que Nerea le había dicho, sería una broma o una tontería suya, sin más. Así que no pensaría en ello hasta que pudiera hablar con ella más tarde.

Al mirar en su dirección, Raoul le mantuvo la mirada un total de un segundo antes de apartarla con su habitual cara de mala leche. Agoney rodó los ojos y se dirigió al que sería su asiento, donde le esperaba Nerea con una mirada y una sonrisa traviesas, que decidió ignorar. Al pasar por al lado de Raoul, Agoney recordó el objetivo que se había marcado de conseguir caerle bien, antes de que llegara Nerea y le liara.

- Hey, Raoul. ¿Qué tal el verano?

La única respuesta que consiguió fue una especie de gruñido y un encogimiento de hombros por parte de Raoul, que ni se había molestado en mirarle.

- Muy bien entonces. – Susurró Agoney, dándose por vencido en esa conversación, como acostumbraba a hacer desde hace años.

Se sentó al lado de Nerea y antes de que pudieran empezar a hablar, llegó su tutor y empezó la presentación del curso, mientras entraban corriendo algunos de sus compañeros que llegaban tarde. Cualquier cosa que quisieran decirse debería esperar.


.


- Vale, explícate. – Agoney exigió en cuanto arrinconó a Nerea a la salida del instituto.

- Aquí no, que nos puede oír cualquiera. Vamos a mi casa.

Agoney empezaba a estar muy impaciente porque por mucho que se había propuesto no pensar en la petición de Nerea, le había resultado imposible con la nuca de Raoul delante de su cara todo el día.

Por hacerte felizWhere stories live. Discover now