Un realista y un demonio

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William Twining tenía una vida normal, o por lo menos eso parecía para las personas, era cierto que sus padres habían fallecido cuando el solamente era un niño pero se las había arreglado para salir adelante con una mente tan privilegiada como la suya, sin duda era algo admirable de ver. Entro a la universidad de Oxford tras graduarse como uno de los mejores en su clase, aparentemente por ciertas circunstancias tuvo que excusarse una semana perdiendo la posibilidad de ser el mejor. Aún así era admirado por varios estudiantes universitarios, el rubio tenía en mente sus metas, principalmente convertirse en el ministro mas joven y muchos no dudaban que lo lograría.

Sin embargo, la vida de William no era tan normal como lo aparentaba. En sus años en la academia Stratford no solo su familia había terminado en la bancarrota, también se había visto envuelto en una importante elección en el infierno, dos guerras internas y una amenaza para la humanidad. Para su suerte antes de la graduación aquellos problemas se habían terminado aunque aún había dos demonios molestos, dos ángeles y un obsesionado con la magia que le seguían, pero William no podía estar mas feliz de tenerles a su lado. Tras todos aquellos incidentes se había dado cuenta de cuanto los apreciaba, eran sus amigos, personas que quería aunque la naturaleza de su existencia no fuera algo que el realista deseara aceptar. Él no era Salomón, aunque sus lazos con aquellos seres remontaban a la época del rey David estos se habían renovado. Dantalion, Camio y Sytry ya no estaban atados al alma de Salomon si no a William Twining debido a que, aunque el chico de ojos esmeraldas jamás lo fuera a admitir en su presencia los amaba, aquel amor era correspondido pero quizás existía uno mas intenso entre ese trio de seres sobrenaturales que no dudaban en aparecer en los dormitorios de la universidad de Oxford dejando de lado todos sus deberes ya fuera en el Cielo o en el Infierno. Simplemente había cosas que no cambiaban.

Dantalion era quien visitaba a William con mayor frecuencia, para el dolor de cabeza de Uriel quien no dudaba en algunas ocasiones aparecer para dar un "pequeño castigo" al nephilim. El inglés solía mostrarse molesto ante la presencia del demonio pero en ningún momento le echaba del lugar, tomaban un poco de té en su habitación dejando que la charla fluyera hasta altas horas de la noche, solamente debían interrumpirlo si el rubio tenía que asistir a clases temprano o cuando había suerte se quedaban juntos en la oscuridad de la habitación. Charlando, recordando sus tiempos juntos en la academia, en ocasiones Dantalion bromeaba sobre inscribirse para acompañarle ganándose un pequeño regaño de William ya que no podía dejar sus asuntos en el infierno "tirados" como si fueran nada, con Gilgamesh durmiendo la carga de trabajo era extra.

Tras cada visita el antiguo elector siempre le preguntaba a Dantalion lo mismo "¿Cuándo irás a dormir?" como respuesta solamente recibía un beso en la frente y una suave despedida. Dantalion no pensaba dormir, o por lo menos no hasta que la vida de William llegara a su final. El año que logró dormir le mantenía con fuerzas suficientes además que Camio había prometido ayudarle si llegaba a haber algún problema en el infierno, después de todo conocía aquel sentimiento de estar enamorado de un ser mortal.

Una noche de invierno en el tercer año de universidad de William fue cuando las cosas comenzaron a cambiar, el rubio había estado tan feliz que pronto se recibiría como abogado al poder adelantar clases se graduaría en tan solo un semestre mas y estaba mas que seguro que su cerebro se volvería el triple de valioso de lo que era en aquel momento. Había estado tan feliz que cuando aquel conocido demonio de cabellos castaños se mostró esta vez no tenía ninguna molestia fingida, le recibió con su calidez usual pero había algo especial. Quizás la felicidad de poder graduarse antes como recompensa de su esfuerzo había embriagado a William en aquel estado de éxtasis o simplemente ya no podía con aquel secreto en su corazón que pronto las palabras comenzaron a sobrar y pronto sus labios se encontraron con los del demonio que le había acompañado por varios años.

Un realista y un demonio. (Makai Ouji) (Dantalion/William)Where stories live. Discover now