―¡Sav! ―saludó su hermana mayor, Jessica.

Llegó a la cocina con sus brazos extendidos decidida a darle un abrazo a su hermanita, pero al separarse se llevó una gran sorpresa. Detalló en su rostro una excesiva cantidad de maquillaje, una falda que cubría menos de lo necesario y una gran chaqueta de cuero negra, pensó que la menor iba a ser pequeña por toda la vida, pero se dio cuenta que no estaba en lo correcto.

―Cielos, como que te excediste sólo un poco para el último día de clases ―soltó, y arrugó su nariz intentando no ofender.

―Es el último día, tú lo dijiste ―Sonrió coqueta―. Pero... ¡Adivina! ―gritó Savannah.

La chica comenzó a dar saltitos de emoción, y comenzó a caminar de manera circular. Sabía que estaba nerviosa, pero más que todo le emocionaba saber que las cosas iban a cambiar después de aquel momento, por primera vez en su vida sintió lo que muchos le llamaban comerse al mundo, y no quería que esa sensación acabara.

―A ver, ¿Qué pasó? ―preguntó atenta, y se sentó en la barra.

―¡Blake me pidió mi número! ¿Lo puedes creer? ¡Ah! Me dijo que me llamaría ―comentó ansiosa.

Paró su caminata, y sonrió sin mostrar la dentadura. Miró a su hermana sonriente, esperando a que tuviese la misma emoción que sentía en aquel entonces. Jessica abrió su boca, pero sabía que no tenía palabras para aquello. Comenzó a balbucear, hasta que Savannah la interrumpió.

―¿No te emociona? ―preguntó, un poco devastada.

Jessica recuperó la compostura, intentando volver a lucir como antes. Puso su espalda derecha, y habló:

―¡Me alegra muchísimo Sav! ―Sonrió, pero ambas sabían que aquello fue forzado―. Espera, ¿Él es el capitán del equipo de fútbol que me decías?

―Sí, ¿Algún problema? ―preguntó Savannah, intentando leer los ojos marrones de su hermana mayor.

―No, nada ―Sacudió su cabeza―. Todo bien, sólo que tu sabes... es sorprendente.

Mintió, Jessica sabía que era capaz de morderse sus uñas por el miedo a que Savannah cayese en todos los problemas que ella pasó. No quería que la persona más preciada en su vida sufriese tanto como ella lo hizo, pero también sabía que no significaba que la castaña iba a pasar por lo mismo.

Miró fijamente a Savannah, apreciándola cautelosamente desde su asiento.

―Em, Jess... me preocupas ¿Pasa algo? ―Savannah agitó su mano al frente del rostro de su hermana, preocupada por la extraña reacción de su parte.

―Sav, cuídate ―susurró la mayor, acogiendo a Savannah entre sus brazos desde el asiento de la barra de la cocina.

―Voy a mi habitación ―informó la menor, y se fue dando saltos hasta la última puerta del pasillo hasta llegar a su cuarto.

Jessica sonrió desde lejos. Sabía que a pesar de que su hermanita luchase para dejar de lucir tan tierna era inevitable, y mucho menos para ella, que la vio crecer toda una vida y que jamás iba a olvidar su cara de bebé.

❪❪✦❫❫

―Estoy decidida a olvidar a Jackson, y ya creo que lo demostré hoy ―comentó Vanessa, acostada boca arriba en la cama del cuarto de Savannah.

―Yo no le tengo que demostrar nada a nadie... ―dijo Alexa, quien tenía una bolsa de papitas en la mano.

Savannah y sus amigas reían y gozaban el sabor de la gloria de aquella mañana del último día de clases. Estaban satisfechas con lo que habían logrado, tanto como para reunirse en la casa de la castaña con ganas de chismear aunque sea un poco de su misión cumplida.

―Pero, ¿Te gustaría regresar con Jackson? ―preguntó Sav.

Vanessa se retorció un poco de la cama, y procedió a contestar:

―No, no soy su zorra que puede tener cada vez que quiera ―respondió seca.

―Al final nunca entendí el motivo por el que terminaron... ―confesó Alexa, con miedo a la respuesta fúnebre que la rubia era capaz de dar.

―Me terminó porque quería sexo y yo no.

―Bueno, ¿Qué tal te fue a ti, Cooper? Blake se vio muy interesado en ti, no te quitaba la vista de encima ―preguntó Alexa con gracia, sabía que algo había pasado y que no iba aguantar ni un segundo si Savannah lo seguía ocultando.

―Puedo decir que tengo su número...

Las chicas soltaron una risa al saber que Savannah anhelaba aquello desde pequeña y finalmente lo consiguió.

Esta vez las mejillas de la castaña se colocaron de un leve color carmín con apenas imaginarse todo lo que podía suceder con Blake, tenía esperanzas y no había persona en el mundo que se las arruinara.

Sonó una llamada en el teléfono de Savannah, y sus amigas decidieron mantenerse con la boca cerrada.

Cruzaron los dedos esperando a que fuera el rubio, pero se trataba de Joey.

La castaña y el ojiverde habían sido amigos desde que comenzaron el jardín de infantes, y cuando el chico entró al equipo de fútbol americano dejaron de hablar como solían hacerlo antes.

Joey era diferente a los del equipo. Todos lucían sus chaquetas
despampanantes a cada minuto, mientras que él prefería colocársela sólo cuando estuviese con sus amigos. Joey era callado, y era muy diferente a sus nuevos amigos.

Savannah desbloqueó su teléfono extrañada por su llamada, y se lo colocó en la oreja para escuchar todo mejor.

―¡Hola! ―exclamó Joey.

―Hey ―saludó.

―Bueno, sé que no hemos hablado mucho este año ―Aclaró su garganta, y Savannah lo notó un poco más nervioso de lo usual―. Pero, desde niños cuando terminamos clases sabes que vienes a mi casa y vemos una película ¿Te parece si vienes mañana?

La piel de Joey se puso como gallina a pesar de hablar desde el teléfono, sabía que esta era la oportunidad para establecer la confianza que había perdido con la linda Savannah, y no iba a desaprovecharla.

La castaña lo pensó un poco, pero accedió:

―Me parece excelente ―asintió sonriente.




¡Aparecí otra vez!
Estaba ocupada con el colegio, y cuando salí de vacaciones pasé los primeros meses muy mal, pero regresé.
Creo que ya todos mis seguidores están inactivos, y por eso traigo la propuesta de esta historia.
Si les gusta la sigo. Déjenmelo saber abajo en los comentarios

Dependiendo de las vistas y votos de la historia, veré si la sigo

All the love

-liladreams

LITTLE SAV ✧ Joey Birlem; Blake GrayWhere stories live. Discover now