Llevaba horas corrigiendo el guión de un área que no le correspondía, pero, ¿Qué iba a hacer?, dijeron que lo iban a despedir si no cumplía con esa tarea, y él se rehusaba a ser despedido sin haber hecho algo grande en la televisión.
Dejó los papeles sobre el desgastado escritorio de madera, estirándose para poder conseguir que todo el sueño se le esfumara.
Llevaba tres años trabajando para esa corporación y aún no conseguía lo que se había propuesto cuando eligió su carrera. Seguía trabajando arduamente trás las sombras de sus superiores como un grano en sus traseros, y es que ellos no le daban la importancia que él se merecía.
Malditos bastardos.
Unos golpes en la puerta de su oficina —más parecido a un almacén de limpieza— hicieron que se incorporara para recibir de mala gana a esa persona que estuvo merodiando horas antes en busca del guión que tenía que entregar. La puerta se abrió dejando ver a penas la cabeza de un pelirrojo que ya conocía de memoria.
—Taehyungie~ ¿Haz terminado el pequeño encargo que te dí?— preguntó haciendo un diminutivo con sus dedos.
El de cabellos grisáceos asintió lentamente, estirando sobre la mesa las veinticuatro páginas de aquella novela que hasta desconocía el nombre—. ¿Tienes el puesto que te pedí?— preguntó antes de separar la palma de su mano de las hojas y que el pelirrojo las tomara con apuro, como siempre.
—Bueno... Ya sabes cómo están las cosas por aquí, es muy díficil que un novato entre a entrevistar tan fácil— sonrió apenado.
—Llevo tres años aquí.
El pelirrojo ni siquiera pudo esconder la sorpresa en su rostro, y es que él llevaba casi un año trabajando como periodista, claro que tuvo una que otra ayudita para lograr aparecer en pantalla, pero nadie dudaría de la dedicación que le ponía a su trabajo.
—Oh.
—Mira, Hoseok. Voy a coger estas hojas y las tiraré al triturador— sonrió inocente, acomodando las hojas entre sus manos.
—Tae~ — lloriqueó el pelirrojo juntando sus manos en forma de súplica. Y como si la suerte estuviera de su lado, recordó a uno de los reporteros hablar sobre la llegada de un político al canal y la necesidad de un periodista dispuesto a entrevistarlo. En su momento, Hoseok le había deseado suerte y paciencia a la persona que entrevistaría a ese viejo cincuentón que lo único que sabía hacer era mentir a los demás cada vez que abría la boca, pero, ahí estaba Taehyung, tan dispuesto y algo descarado para hablar, pero seguía teniendo las ganas de salir de ese lugar. El chico tenía talento, dedicación y responsabilidad.
Perfecto.
—La verdad es que si hay un puesto de periodista para esta quincena, pero la cosa está difícil. Cincuentón, política, paciencia. Ya sabes.
—Perfecto, ¿Dónde tengo que presentarme?
Jamás subestimes a alguien menor que tú, Hoseok.
—Hablaré con mis colegas para que te manden a llamar, no te preocupes — sonrió, dando pasos leves hasta el escritorio y poder tomar los papeles sobre ésta, y hubiera sido bueno que los tomara antes de que el de cabellos grisáceos los quitara con rapidez y los escondiera en uno de sus cajones— pero...
—Ya sabes cómo está la cosa, Hoseok— sonrió maliciosamente mientras cerraba con llave el escondite de las hojas de su compañero —Te las entregaré cuando me llamen, no antes, tú sólo deberías pedirles que lo hagan rápido.
La cara de Hoseok reflejó frustración—¿No confías en mí?
—No.
—Deberías— habló como último para salir de ese cuarto, cerrando la puerta con algo de fuerza detrás de si.
Taehyung se quedó observando el guión recién corregido y se propuso jamás rendirse aunque todos quieran que lo haga, no había aguantado tanto para luego sólo lanzar su esfuerzo por la borda, claro que no.
Frunció su ceño cuando volvieron a tocar la puerta, esta vez más despacio que la primera vez, pensó en ignorar el llamado, pero esta vez la puerta fue tocada de manera brusca y algo desesperada, luego un forcejeo en la cerradura y su puerta estaba completamente abierta.
Ni un poquito de privacidad.
Un hombre cubierto de pies a cabeza por un enorme saco negro se adentró despistado en su totalidad, Taehyung se estaba preguntando seriamente si podía aplicar sus clases de taekwondo con aquel sujeto si intentaba hacerle algo. El hombre volvió en sí cuando escuchó el click de un teclado, sus ojos se fijaron en aquel que se encontraba sumido en su ordenador, ignorándolo, o eso intentaba aparentar. Se quedó quieto en su lugar analizando todo a su alrededor, nada importante a simple vista.
—Hey— llamó en voz baja —. Conserje.
Oh, Jesús, ahora soy un conserje.
Aquel hombre lo miraba despectante, o eso quiso creer, ya que no podía ver a través de los lentes oscuros que, a simple vista se veían muy costosos.
YOU ARE READING
Three dollars don't buy my silence ••Kooktae••
Fanfiction《-Kim Taehyung. -Jeon Jungkook. Ambos estrecharon sus manos, sin saber la importancia que tendría en sus vidas el haberse conocido.》 ▪︎Historia corta P: 24/01/2021
