La kk de Rodolfo

Servicio De Limpieza A Domicilio

Esa sombra era... ¡DON LIMPIO!
Rodolfo, asombrado, observó la reluciente calva del calvo, y se preguntó si se la lavaba con aquel producto tan brillante que vendía y que decía que dejaba reluciente las cosas.

-¡SEÑOR DON LIMPIO! ¡¿PUEDE VENIR UN MOMENTO?!
-¿Qué haces, Rodolfo?
-Tranqui, Lucía. Solo voy a preguntarle una cosa. Ejem, SU PRODUCTO, ¡¿ES CIERTO QUE DEJA TODO LIMPIO?!
-No hace falta gritar, muchacho.
Don Limpio se había presentado como si nada dentro de la casa de nuestro protagonista.
-Sí. Mi marca es la mejor.
-Entonces no le importará que le compre un bote.
-Claro que no. Aquí tienes.
-Uff, al fin puedo sacar las manchas de mierda sin preocupaciones...
-¡¿QUÉEE?!

Lucía, sorprendida, miró atentamente a Rodolfo. Éste se fue al cuarto de la lavadora, echó el producto de Don Limpio en la ropa y la metió en la lavadora.
-Rodolfo, no me digas que te has cagado encima...
-Me quería tirar un pedo, y se me ha escapado un poco de caca.
-Joder, Rodolfo, ten más cuidado...
Entonces, Rodolfo se quedó mirando a la muchacha y le dijo:
-¿Por qué tengo diarrea?
Ella, perpleja, levantó una ceja y preguntó:
-¿Y a mí qué me preguntas? ¡Yo solo soy tu vecina!
-Debe de haber algo detrás de esto...
-Rodolfo, creo que exageras. Algo te habrá sentado mal y por eso cagas así.
-No, estoy seguro de que no.
Se acercó a la ventana más cercana, y mirando al horizonte, susurró:
-Debo encontrar la razón de esta diarrea.
-¿Sabes lo estúpido que suena ir de aventuras buscando la razón por la que cagas de esa manera?
-Estoy seguro de que será una aventura que no olvidaremos, Lucía.