Capítulo Veinticinco

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En el capítulo anterior...

El tío Koro inclinó la cabeza.

- Todo se ha venido abajo.

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- No del todo.

El hombre mayor alzó la vista.

- ¿Qué quieres decir?

- Que Karma es reacio a concederme el divorcio, aunque en última instancia puede que no le quede más elección- empezaba a descubrir que nada estaba perdido como se tendía a creer en una situación desesperada.

La expresión del tío Koro se iluminó.

- Quizá dispongamos de un elemento de presión.

- Sabía que pensarías así- comentó con tono seco.

- Sí, sí- parecía más animado por segundos-. Debes seguir casada con él.

(t/n) se mordió el labio. ¿Seguir casada con Karma? Desde que se marchó de Las Vegas había evitado pensar en dicha posibilidad.

El tío Koro se sentó más erguido.

- Dile que seguirás casada con la condición de que te entregue legalmente las propiedades a ti.

- ¿Qué? - se sentó porque no le gustaba la dirección que tomaba la conversación-. ¿Qué posible motivación tendría para hacer algo así? Lo más probable es que piense que me divorciaré de él en cuanto tenga las escrituras a mi nombre, ¡y no se equivocaría!

- Entonces, negocia- le indicó el tío-. Haz que te vaya entregando las propiedades una a una.

(t/n) sintió como si su estómago fuera una montaña rusa.

- ¿Un acuerdo post-nupcial?

- Exacto- Koro asintió-. Se hace a menudo.

(t/n) se mordió el labio y se preguntó por qué dependía se ella salvar la suerte y la fortuna de la familia.

Karma tenía razón... esa era su oportunidad de ser la hija rebelde y devota al mismo tiempo. Pero jamás habría soñado con que el tío Koro se aferrara a la idea con tal entusiasmo.

Resultaba ridículo e indignante, pero se encontró considerándolo. Si era ella quién había instigado el afán de revancha de Karma con su actitud, ¿no era la responsable de rectificarlo?

Su mundo ya no era un cuadro prolijo, sino un lienzo atravesado por franjas de colores nuevos e inesperados.

Ya no se enfrentaba a la cuestión relativamente sencilla de disolver su matrimonio con Karma. La herencia de los (t/a) se hallaba en manos de los Akabane. Y la importante faceta responsable que llevaba dentro no le permitía marcharse sin realizar un esfuerzo para subsanarlo, en especial si parte de la situación que vivían era culpa suya.

Pero aunque ella fuera la responsable, ¿sería capaz de llevar un juego con apuestas tan altas contra un jugador tan experimentado?

El teléfono móvil le interrumpió los pensamientos; lo sacó del bolso y leyó el mensaje: << Nos Vemos @Halstead- AM>>

La mene le dio vueltas. El mensaje se podía interpretar como una orden, una petición o una pregunta. Halstead Hall era la residencia familiar en Berkshire del marqués de Easterbridge. Aunque no reconoció el número de teléfono, no había posibilidad de error acerca de quién había enviado el mensaje. Karma se había identificado AM... <<amante marido>> en la jerga abreviada de los mensaje de texto.

Sólo había una manera de averiguar la respuesta a la pregunta de si estaba dispuesta a acometer la tarea de salvar la fortuna familiar de los (t/a).

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Continuará..............

sᴇᴅᴜᴄɪᴇɴᴅᴏ ᴀ sᴜ ᴇsᴘᴏsᴀ [ᴋᴀʀᴍᴀ ᴀᴋᴀʙᴀɴᴇ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ] ✔Where stories live. Discover now