RECLUTA A8: LA GUERRERA ─── the maze runner [EDITANDO]

━Capítulo diez

¿Cómo se supone que debas lidiar con algo como esto?

Ella se culpó incontables veces por la muerte de Nolan, por el desastre en el área, por muchísimas cosas... y ahora todo le estaba regresando, como si le aclamaran volver a comenzar.

En ese momento comenzaba a entender a Thomas y el resto de sus amigos, ella también había muerto y CRUEL la revivió, provocándoles esas mismas reacciones a sus amigos.

Tal vez siempre fue su plan desde un inicio, el ponerlos en situaciones tan complicadas para poder analizar sus reacciones y ver como enfrentaban las cosas. Para CRUEL siempre era eso, obtener resultados, sin ponerse a pensar en cómo sobrellavarían aquellos jóvenes un trauma de esa magnitud.

Una perdida no es fácil, y más cuando hay muchos factores que empeoran todo, y después, de la nada, todo se revierte... causándoles ese sentimiento de vacío y confusión, como si sintieran que nada era realmente real... haciéndoles perder la cabeza.

CRUEL lograba que sus reclutas sintieran que ya no tenían el control ni de sus propias mentes o vidas.

Zoe comenzó a regresar poco a poco, aun sintiendo esa presión en su pecho y el remolino de emociones recorriéndola por todo su cuerpo.

Se inclinó un poco, observando detenidamente las facciones de aquel chico, pensando que tal vez solo había alucinado con él, pero no, realmente era Nolan... su mejor amigo.

La joven se apartó de golpe en cuanto Nolan comenzó a toser, mientras abría los ojos lentamente y soltaba sonoros quejidos.

Zoe tuvo que apartarse, mientras sujetaba su arma con fuerza y apuntaba a aquel chico recostado en el suelo.

Nolan soltó un último quejido, antes de mirar a sus alrededores, encontrándose con la mirada asustada de Zoe.

—¿Así es como saludas a tu hermano?

Zoe se quedó estática en ese momento, mientras sentía como su sangre se helaba. El escuchar a Nolan decir esas palabras solo consiguió alterarla aún más, logrando que el nudo en su garganta comenzara a asfixiarla lentamente.

—¿Qué? ¿Qué dijiste?

Nolan se levantó de golpe, sacándole un jadeo a Zoe.

El castaño sonrió, mientras se limpiaba el hilo de sangre que había brotado de su nariz.

Zoe seguía analizando cada movimiento, sin dejar de apuntarlo con su arma. Por primera vez se sentía incapaz de jalar el gatillo, pero no quería verse indefensa ante los ojos de una persona que estaba comenzando a resultarle desconocida.

—¿Ni un abrazo nos vamos a dar? —Zoe frunció su ceño, mientras daba un paso hacia atrás, logrando que Nolan la mirara desafiante—. Ya veo que no.

—¿Cómo... como es qué? —intento preguntarle, pero no encontraba las palabras indicadas para hacerlo—. Tu... yo, yo sentí, tu... estabas...

—¿Muerto?

La joven asintió, mientras daba un paso hacia atrás al ver como Nolan intentaba acercarse a ella. El castaño sonrió, pero en ese pequeño gesto podía percibir un espejismo de maldad.

—CRUEL siempre ha podido hacer cosas inexplicables —murmuro el joven, antes de levantar un poco la manga de su uniforme—. Como esto...

Zoe se quedó estupefacta en cuanto observo aquella parte del cuerpo de Nolan, mientras él comenzaba a transformar su mirada en una llena de ira.

Los recuerdos los golpearon a ambos esta vez, inundándolos de diferentes tipos de emociones que solo conseguían sondearlos, desatando un caos dentro de sus mentes y cuerpos.