Capítulo V

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Kenneth P.D.V

Nunca le había prestado atención a las películas infantiles. Nunca hasta ahora.

Sentado en el sofá de mi secretaria con su hijo, viendo una película sobre un perro parlanchin y viendo la cara de enojo contenido de esta, era uno de los mayores placeres de la vida.

- La pelo rojo se parece a mami - comentó Kye y yo reí.

- Se dice pelirroja, bebé - menciono su madre, quien estaba en el sillón individual con intensiones asesinas que develaba cada 3 segundos.

Lo había dicho, no pensaba alejarme de ella y de su hijo. Y no porque tratará de conquistarla por medio a Kye, eso sería caer bajo, aunque todo apuntará a eso.

Iba muy deprisa.

Había conocido el niño hace 3 días, claro que iba de prisa. Pero me sentía como un imán siendo atraído por una fuerza invisible.

Tal vez porque me recordaba lo que yo nunca tuve. Daría toda la fortuna que poseo a mis cortos 27 años sólo para haber vivido un momento como este. Sentado frente al sofá con mi mamá al lado. Aunque en esta ocasión el que está a su lado era yo, se que en innumerables ocasiones Shadia a ocupado mi lugar.

Por eso no me alejaría de ellos, Kye era lo que faltaba en mi vida y aunque nunca obtuviera algo de Shadia tomaría lo que pudiera y le daría todo lo que tuviera sólo para compartir un momento así.

- Creo que se ha dormido - murmura Shadia poniéndose de pie - voy a llevarlo a su habitación - se acercó y estiró sus brazos para tomarlo.

Bofetee sus manos, con delicadeza.

- Yo lo llevo - lo cargue y deje que recostara su cabeza en mi hombro.

- Primera habitación a la derecha - informa y yo así lo hago.

Al entrar todo me golpea. La habitación no es que sea grande o lujosa pero te describe lo que nunca tuve. Lo dejo sobre su cama y le permito a Shadia taparlo con las sábanas, después de eso besa su frente.

- Dulces sueños, bebe - después de eso se gira y pasa por mi lado.

Lo observo y es imposible no sonreír. La sigo a la cocina.

- Bien - dice - No voy a preguntar porque demonios viniste aquí - ataca.

- Pues, yo tampoco voy a preguntar porque saliste de la ducha enjabonada y envuelta en una toalla - informó.

Ella bufa. Me encanta, ella, su carácter y lo sexy que se ve enojada.

- Lo dejé claro Jacobs, no voy a permitir que hagas este tipo de cosas con mi hijo para que al final él salga lastimado - apunta - es un niño y no tiene porque ser tu objeto de entretenimiento actual - Y ese, damas y caballeros fue mi corazón romperse.

Como lo dije, tal vez piense que Kye es un medio para obtener un fin, pero no es así.

- Kyle Anderson nunca será un objeto de entretenimiento - atacó - Y aunque no lo creas quiero ser parte de su vida, y sea cual sea el medio lo voy a conseguir - mire hacia sus labios.

Aún recuerdo mi atrevimiento de esta mañana. Se que sólo fueron unos pocos segundos, ¿3 o 4? Tal vez, pero me sentí en el cielo.

- Voy a pensar que no está insinuando nada, jefe, porque sería un completo desperdicio saber que es un idiota con corbata - Y me sonríe.

- El hecho de que menciones la palabra "Jefe" no cambia nada, ya que, 1. No estamos en el trabajo, 2. No estamos en horas laborales y 3 - me acerqué tanto como pude, pero la isla nos separaba - ninguno de mis pensamientos corresponden a los de un jefe - añado.

Shadia P.D.V

Kenneth Jacobs tiene la capacidad se influir de mala manera en mi sistema respiratorio.

Me sonríe, da media vuelta y se va.

¡Infeliz! ¿Por qué está haciendo esto?

2 años siendo su secretaria y nunca dijo nada, y de la nada de un día para otro ¡Caboom! Es mi imaginación o me estaba coqueteando? Estúpido Kenneth Jacobs.

Trata de secuestrarme en el trabajo, me acorrala con la pared de mi oficina, dice que no piensa alejarse de mi hijo, luego me besa y para rematar después de terminar mi agotador día laboral se aparece en mi casa mientras yo me ducho, me hace salir del baño y luego se burla de que estoy toda enjabonada y para ponerle la cereza al pastel, se pasa casi toda la noche tirado en un sofá con Kye mientras ven películas de misterio a la orden.

Voy a explotar.

Puedo lidiar con los resfriados de mi hijo, enfermedades virales, profesores intensos, el idiota de mi padre, largos dias de trabajo, zapatos altos durante toda una semana, pero no puedo lidiar con el lunático pero sexy de mi jefe.

Sacudo mi cabeza y alejo los pensamientos que giren entorno a Kenneth.

Hago lo único que podría mantenerme distraída y no acostada mirando el techo de mi habitación y maldiciendo a mi empleador, limpiar.

Recojo los tazones que anteriormente estaban llenos de popcornS y los llevo a la cocina.

Es cómico pensar que un tercio de mi salario se va en palomitas de maíz para que mi hijo vea peliculas.

Río y dejó la cocina limpia.

Me tiro a mirar el techo de mi habitación tratando de no maldecir a mi jefe. Touche. Se supone que era justamente lo que no iba a hacer.

El insoportable sonido del despertador anuncia un nuevo día, respiro y me pongo de pie.

La rutina consistía en poner el desayuno mientras despierto a Kye, quien se alista entre tanto yo le sirvo el primer plato del dia, después de eso él se alimenta, yo me baño y me visto, Janna lo pasa a buscar y yo voy al trabajo.

Y así lo hago.

Al llegar a la empresa me repito una y otra vez que Kenneth Jacobs no será mi problema, no hoy.

Entró y como siempre saludo con un buenos días que como siempre nadie contesta.

Supongo que compartir el piso con el jefe de la empresa, crea inconvenientes entre los empleados que se prestan para crear una relación ficticia donde aseguran que mis gemidos se escuchan hasta el sotano.

Palabras suyas no mías.

Subo, suelto mi bolso, como todos los días y voy por el café del Señor no pienso alejarme de Kye, estúpido Kenneth Jacobs.

Tocó y paso. No estoy de humor para escuchar su voz.

- Buenos días jefe - Y volvemos a lo mismo - para hoy no hay muchas cosas, la firma del contrato con Expansión y la reunión con los representantes de la Palacios Asc - leo su agenda.

Él me observa y yo enarco una ceja esperando que el señor me ordene salir.

- ¿De verdad haremos esto? - la saliva pasa de manera casi imposible por mi garganta.

- Sino desea algo más me retiro, señor Jacobs - doy media vuelta dispuesta a salir como el lo hizo anoche.

- Señorita Anderson - me detiene - tome asiento - Creo es posible escuchar los chirridos de mis dientes al ser apretados entre si.

- Señor Jacobs, no creo sea prudente tener está conversación ahora, ni nunca - le sonrió.

- Para tu suerte yo soy tu jefe, y quiero que tengas está conversación, ahora.-

Encantando a la Bestia - COMPLETA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora