—Lo sé, pero no me gustaría que te esté mintiendo como lo hizo conmigo.

—No entiendo de qué hablas, pero esto es incómodo.

—Emily ¿Tú sabías que Leonardo estuvo preso y que justamente fue tú papá quién lo encerró?

—¡¿Qué dices!?

—Me lo imaginé, Leonardo te está mintiendo de la misma forma que lo hizo conmigo.

—Perdón Berta, pero... ¿Lo dices por despecho?

—No, nada de eso. Lo digo porque tengo miedo.

—¿Miedo? ¿A qué?

—Yo no sabía que Leonardo era un criminal, se acercó a mi con mentiras y cuando me enteré fui a denunciarlo, fue a la cárcel por mi culpa. Tenía años sin verlo y por eso me asusté el viernes que lo vi en la fiesta contigo, no me gustaría pensar que quiere vengarse de mí.

—¿Cómo que tenias años sin verlo? Justo lo conocí, aquí, afuera de la oficina. Él venía por las mañanas solamente a verte con Matt.

—¿Con Matt?

—Sí, ya sé de que forma conseguiste el puesto.

Berta agachó la cabeza.

—Igual no es el tema ahora, Leonardo es peligroso Emily.

—No te creo, todo esto lo estás diciendo por despecho seguramente.

—Pregúntale a tú papá si quieres, o mejor busca su nombre, Leonardo Burgo, o pregunta en una estación de la policía. Sólo hazme un favor, no le digas que yo te lo dije, Leonardo es peligroso, tanto, que hasta podría matarme.

Emily salió de la oficina de Berta, ya no quería escuchar más. No podía creer lo que Berta le acaba de decir. Estaba muy confundida, ni siquiera pidió permiso para irse, pero se fue. Sentía la necesidad de comprobar lo que Berta le acababa de decir, por lo que salió directamente hacía una estación de la policía en donde en efecto, comprobó que el rostro y el nombre de Leo estaba en la lista de los más buscados.

—¿Lo conoce? —preguntó un oficial.

—No, solamente me dio curiosidad —respondió ella.

Pudo haberlo denunciado en ese momento y decir que lo había visto, pero no tuvo el valor.

Estaba en shock, por más que intentaba poner los pies en la tierra, no podía dar crédito a que todo fuera verdad, a pesar de que vio la fotografía en la estación de policía le costaba creer que fuera cierto, por lo que se fue a su casa, aunque un hervor en su pecho era cada vez más fuerte.

Pero la visita de Emily a la estación de policía alteró la tranquilidad que había.

—Una señorita llegó a preguntar sobre Leonardo Burgo —decía un oficial entrando a la oficina de Mouro.

—Investiguen quién es, quizás sea otra de sus conquistas —sonrió Mouro.

—Como usted diga.

Mouro era el más feliz con la noticia, después de tanto tiempo era la primera noticia relevante que recibía sobre alguno de los hermanos Burgo.

«¿En dónde estarán?» se preguntaba.

Eleazar fue otro que también se enteró sobre la visita que Emily hizo a la estación de policía para pedir información sobre Leonardo Burgo, y tampoco le hizo nada de gracia.

Por su parte Emily seguía sin entender que estaba sucediendo. Estaba como en un punto blanco en donde no podía razonar sobre lo que se acababa de enterar, como si se tratara de una persona que llevaba años de conocer, cuando era todo lo contrario.

Huracán ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora