introducción.

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Roi, nervioso y con la voz temblorosa, dejó escapar en modo de jadeo el nombre del catalán.

—Alfred...—

El catalán ya había acorralado al gallego en la pared, con las dos manos envolviéndolo para que no pudiera escapar. Levantó la mirada para clavarla en la perdida vista de su compañero, que aún estaba nervioso y se sentía inseguro por lo que iban a hacer. Toda la preocupación de su rostro sólo le dio más morbo a la situación, así que el pratense dibujó una leve sonrisa ladina sobre sus labios, antes de levantar una de sus manos y llevarla a la mejilla del compostelano, acariciando su pómulo con el dedo pulgar.

Este, con los pensamientos y la incomodidad atacando su mente, no fue capaz de reaccionar a tiempo. Intentó detener a su compañero, aún no estaba listo para hacer nada. Mucho menos en ese sitio, en ese contexto. Por ello dejó escapar de entre sus labios un susurro inaudible.

—Tío... para...— Apartó la mano del otro triunfito algo avergonzado, recobrando esta vez un tono de voz firme. —Para.—

Alfred, sorprendido porque raras veces veía al chico tan cohibido, retrocedió unos cortos pasos para darle espacio. Tardó unos segundos en hablar, no sabía cómo tenía que reaccionar a aquello. —¿Qué pasa?—

—No sé, Alfred. Creo que no debemos hacer esto, ahora tenemos que actuar. No lo digo por ti, pero deberíamos centrarnos en lo que hemos venido a hacer.— No tenía ni idea de cómo escoger las palabras para explicarlo, pero no dudó en encaminarse hacia el banco que había en aquel vestuario para recoger su guitarra que estaba recostada sobre él. No es que lo estuviera rechazando, pero todo había pasado demasiado rápido. Le parecía raro, cómo en un momento había creado esa escena con uno de sus compañeros. Con uno de los dieciséis que le habían acompañado tanto tiempo en la academia. No sabía muy bien cómo habían llegado a eso.

Tampoco podían olvidarse de que estaban en público, claro. Ambos habían sido invitados a un festival para dar un concierto, en un estadio de fútbol cercano a Barcelona. Era un evento pequeño, pero no quería que ahora todo eso le distrajera. Aunque lo iba a hacer de todas formas.

Alfred se quedó extrañado. Siguió con la mirada a Roi, que finalmente cogió su guitarra y se acercó a él.

—No quiero que malinterpretes esto.— ¿Realmente se había pasado? Él diría que lo empezó todo como una broma, pero tal vez había tomado demasiada confianza y había ido más allá. No quería que todo eso confundiera a su amigo, así que le exclamó con una sonrisa fingida. —Tío, Roi, no pienses mal. Que era una broma, no te lo tomes tan en serio.— Le dio una palmada en el hombro, antes de darse la vuelta y retirarse rápido del lugar, con la excusa de que tenía que ensayar su canción.

No sabía por qué se había creado ese ambiente tan incómodo, ni por qué su compañero había estado tan nervioso, cuando él siempre era divertido y se tomaba las cosas bien, debería de haberlo interpretado como la broma que era. Aunque a lo mejor debería admitir que él se había pasado.

Observó el escenario sobre el que le tocaría cantar, intentando centrarse para olvidar aquello. Había sido extraño, no iba a negarlo, pero no debería darle tantas vueltas porque al final retorcería todo aún más. Así que intentó despejarse de todo eso, buscando un micrófono y a los responsables del evento. Ya tendría tiempo para meditar todo eso.

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⏰ Last updated: Jul 07, 2018 ⏰

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ᴀ ɢʀᴀɴᴇʟ. (roi + alfred)Where stories live. Discover now