Desaparecido

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-¿Y Thomas? ¿Aún no baja?- inquiero hacia Celia quien niega con la cabeza - ¿Quieres que vaya a buscarlo a su habitación?

-Si es tan amable señorita Sangster- me deja saber Celia, le dedico una mirada a Dylan mientras hago un ademán a la mesa para que se siente y me espere ahí.

Enseguida salí del comedor para encaminarme hasta la habitación de mi querido hermano Thomas Brodie Sangster quién al parecer tiene el estómago dormido y por eso no baja a comer.

Cuando me encontraba frente a la puerta de su habitación vacilé un poco antes de dar dos golpes en la madera.

Sin respuesta.

-Tommy, te estamos esperando para comer. ¿Podrías bajar por favor?- acerqué mi oído a la puerta a ver si escuchaba algún sonido proveniente del interior de la habitación.

Nada, sin respuesta alguna otra vez.

Coloco mi mano en el pomo de la puerta y le doy vuelta dispuesta a ingresar a la habitación y sacar a Thomas a patadas de la cama.

Pero él no está.

La habitación está completamente vacía.

Saco mi celular de mi bolsillo trasero y me apresuro en marcar el número de Thomas pero cuelgo en el instante en que escucho su timbre de llamada, me acerco a la mesita ubicada del otro lado de la habitación donde yacía su celular.

¡Olvidó llevarse el maldito celular! ¿Es enserio Thomas?

Agarré el celular de Thomas y bajé corriendo las escaleras hasta la cocina.

-¡Celia voy a salir, no me esperes para la comida! - grito mientras agarro una chaqueta del perchero y me la coloco.

-¿Qué pasó señorita Sangster?- me pregunta ella abandonando la cocina seguida de Dylan.

-Thomas ha desaparecido y voy a salir a buscarlo- explico rápidamente.

-¿Ya intentaste llamarlo?- inquiere Dylan.

-El muy imbécil se olvidó su celular- respondo mientras levanto el artefacto en mis manos para que lo observen.

-Te acompaño- se ofrece Dylan.

-¡No! Ustedes quedense aquí por si aparece y me llaman- les ordeno.

-Celia puede encargarse de eso, dejame acompañarte- me pide.

-No Dylan, te necesito aquí. Muevan contactos, llamen a quién tengan que llamar pero bajo ninguna circunstancia le avisen a nuestros padres- expreso con firmeza en mi voz a pesar de que la preocupación me está consumiendo.

-Si algo malo te llega a suceder no me lo voy a perdo...- lo interrumpo.

-No me va a suceder nada Dylan. Lo prometo- digo tratando de tranquilizarlo. No veo la hora de permitirme salir corriendo en busca de Tommy.

-Ten cuidado, parece que va a llover- dice dandose por vencido.

-Lo tendré- esas fueron las últimas palabras que dije antes de salir corriendo por la puerta. Me cruzé con George quien iba a entrar a la mansión y le pedí las llaves del coche que me regalaron cuando cumplí dieciocho.

Luego de protestar un poco y de explicar rápidamente para qué las necesitaba, él cedió y me las entregó.
Mientras encendía el motor, las gotas de lluvia empezaban a caer y estamparse en el parabrisas.

Empecé a conducir por las calles algo desorientada, sin saber por dónde empezar a buscar debido a los nervios que me consumían y recorrían todo mi torrente sanguíneo.

No estoy muy segura de si estoy respetando los límites de velocidad pero no es algo que me importe ahora, lo único que realmente importa es que Thomas aparezca ya.

Las bocinas de los automóviles sonaban en mi dirección y muchos insultos salían disparados de la boca de los conductores.

Ojalá él se encuentre bien, por favor que así sea.

Recorrí todas las calles más recurrentes de la ciudad y todos los lugares a los que Thomas suele ir y en ninguno se encontraba.

Estaba sentada en un pequeño escalón en las afueras de una pizzería.

Domino's, nuestra favorita, su favorita.

La desesperación se apoderaba de mí mientras la lluvia recorría cada centímetro de mi cuerpo. Mis manos yacían en mi cabello pasandose de arriba a abajo una y otra vez haciendo que mi cabello se parezca a un gallinero.

Esperen. Hay un lugar al que no he ido.

Me puse de pie a la velocidad de la luz y volví a subirme al auto para dirigirme a ese lugar, él cuál es mi última esperanza. Revise el celular a ver si me llegaba algún mensaje de Dylan pero no había nada.

Lágrimas empezaban a acumularse en mi rostro nublandome la visión, de inmediato me paso una mano para apartarlas mientras rodeo una cuadra que me dirige al lugar.

Cuándo estoy llegando, alguien que no se ha percatado de mí cruza la calle haciendome frenar a raya lo que causa que mi cuerpo rebote hacia adelante y gracias al cinturón de seguridad mi trasero permanezca en el asiento.

Miro a través del parabrisas en señal del individuo pero sólo alcancé a percatarme de su pierna, la persona yacía tendida en el piso.

¡Oh no! Creo que me he convertido en una asesina...

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Ig: runorwrite

Mi hermano (pausada) Onde as histórias ganham vida. Descobre agora