8. Bienvenida a mi nueva casa.

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Al cabo de poco más de cinco horas llegamos a la estación, al parecer tomaremos un camino más largo para que el resto de la escuela nos dé la bienvenida, un señor simpático y regordete nos guió a un grupo como de cuarenta niños a lo que parece ser unos rieles, las maletas se fueron un unos carruajes junto con mi gatita, al parecer cuando me digan donde dormiré mis cosas aparecerán sobre mi futura cama, estoy muy emocionada, estoy sentada en algo que parece ser una montaña rusa pero sigue una línea y no se levanta del piso, pasamos por una cascada y una parte del bosque mientras disminuye y aumenta la velocidad.

Veinte minutos antes de bajar del autobús, Júnior (Juan Carlos) salió de la cabina para que yo me cambiara, me puse mí falda y blusa blancas junto con los zapatos y las medias, y mi capa negra, y al salir yo Júnior también se cambió, estoy muy ansiosa, de verdad ansiosa, antes tenía hambre pero con la emoción se me quito.

El terminar el recorrido estábamos en un jardín enorme y frente a nosotros están unos arcos impresionantes y la entrada a la hacienda, es enorme, y aunque es imponente tiene un aire de hogar, mi nuevo hogar, estoy más y más ansiosa, frente a mi esta una fuente enorme, y una serie de pasillos todo iluminado con antorchas y velas flotantes.

—Bienvenidos sean al Instituto Latinoamericano De Magia Y Hechicería En México.—dijo un hombre grande mejor dicho alto y delgado, con el pelo cano y una barba muy graciosa—es un honor para nosotros que hayan aceptado nuestra invitación, por favor fórmense en fila india y entraremos al comedor, hay una enorme mesa para cada una de las casas y hay emblemas de las cuatro casas, las águilas, los jaguares, los búhos y caballos estarán muy felices de que formen parte de sus casas, estas casas serán su segundo hogar cuando no estén en clases ni comiendo estarán en su sala común correspondiente o en sus dormitorios, sus casas son sus nuevas familias y deben cuidarse y protegerse entre ustedes, mi nombre es Alejandro Luna y soy el sub-director de esta institución, y encargado de la casa de los Búhos, si necesitan ayuda siempre estaré para ustedes.

Comenzamos a avanzar y las magnitudes del comedor son asombrosas creo que solo el comedor es más grande que mi calle completa, bueno tal vez la mitad, pero tiene una serie de velas flotantes que iluminan todo y no tiene techo lo extraño es que no hace frío, es impactante hay cuatro mesas enormes llenas de niños y adolescentes y frente a nosotros esta otra mesa esta horizontal y en ella hay adultos, no sé cuántos, pero seguro son los maestros.

Se escuchan aplausos y todos nos observan Júnior esta tras mío y estoy cada vez más ansiosa.

— ¿Y tú varita?—me pregunto Júnior.

—En mi maleta.

—Es una extensión de tu brazo, nunca debes dejarla, es por tu bien.

—lo siento no me acostumbro.

—shhhhh.

—va a hablar el sombrero.

En el primer escalón estaba un banquito con un sombrero, cuando todos nos pusimos a un lado del comedor y el maestro le dio una señal.

El sombrero se movió y de ser un trapo de tela o algo por el estilo tomo forma en sus dobleces se formó una cara y se movió ligeramente para observarnos.


Cada año, como es tradición,

Un grupo de magos,

Luisa Hernández En El Bosque SagradoWhere stories live. Discover now