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Draco y Lucius estaban jugando una partida de ajedrez después del almuerzo y Hermione estaba leyendo cuando el sonido volvió a aparecer. Un ligero 'pop' haciendo eco a través de la chimenea, seguido por el silencio.

— En el nombre de Merlín, ¿qué es eso? —Ella frunció el ceño.

—¿Te gustaría que me ponga en contacto con el Cuartel y hacerles saber que puede haber un problema con la red flu? Tal vez el señor Potter y el señor Weasley puedan venir un poco antes si saben que hay un problema —dijo Lucius.

—En realidad, eso sería genial Lucius. Gracias por la oferta. Es mejor prevenir que lamentar. Merlín sabe que es la única manera de entrar y salir de aquí... no quiero que eso nos cause problemas.

Miró a la chimenea de nuevo con el ceño fruncido, sus cejas se unieron en un punto como si ella tuviera algo más en su mente.

—¿Todo bien, Granger? —dijo Draco. No le gustaba cuando lucía preocupada. Hacía que sintiera las ganas de cogerla y esconderla en la cama.

Ella apartó sus pensamientos y le sonrió. —Está bien. Probablemente no sea nada. Las defensas están activas, así que supongo que no debería estar preocupada por un sonido al azar.

Draco asintió y volvió al juego, mientras que su padre caminaba sin prisa para enviar el mensaje. No estaba muy preocupado... Potter y Weasley podían encargarse de la inestable red flu cuando llegaran para realizar su corta visita habitual. Ellos habían estado muy ocupados últimamente, lanzando indirectas sobre algún gran evento que pronto iba a tener lugar, pero no daban más detalles que eso. Draco todavía los molestaba, pero si estaban más cerca de derrotar el Señor Oscuro, supuso que podía escucharlos hablar algunas veces.

Además, dejando de lado la molestia general, él y Hermione todavía no habían informado al Dúo Dinámico sobre su relación. Tendría que suceder pronto, eso estaba claro. No es que fuera algo por lo que preguntar, pero rápidamente se estaba volviendo evidente de que no se trataba de una aventura. Draco ciertamente temía sus reacciones. Hermione los amaba y respetaba sus opiniones, Merlín sabía por qué. ¿Sabotearían ellos las cosas? ¿Harían que ella cambie de opinión sobre él? Dioses, eso lo destruiría. Ella era todo para él.

Eso aún no se lo había dicho a ella.

Lucius se sentó frente a él y el juego continuó.

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Se acercaba la hora de cenar, pero Harry y Ron todavía no habían llegado. Hermione había lanzado una ocasional y preocupada mirada de vez en cuando hacia la chimenea, pero parecía relajarse más y más a medida que ella organizaba los cajones de su cocina. Tal vez el sonido no había sido nada, después de todo.

Draco y Lucius estaban sentados en el sofá hablando sobre un libro que ambos habían leído. Draco se estaba molestando con su padre por estar en su contra, y estaba discutiendo de nuevo con su sarcasmo habitual. Estaba a punto de lanzar una aguda refutación cuando un 'pop' más fuerte salió de la chimenea, seguido por una luz verde brillante. Todos se quedaron en silencio.

De inmediato, Hermione se colocó a su lado, con su varita y los ojos muy abiertos por el miedo.

—Eso no es normal —dijo ella, con voz temblorosa—.Tengo un mal presentimiento sobre esto.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, se desató el infierno.

La sala de estar en frente de la chimenea fue repentinamente tragada por la oscuridad. Draco escuchó a Hermione gritar y no podía sentirla más a su lado. Antes de que pudiera ponerse de pie, fue golpeado con un hechizo y se congeló en su asiento. A juzgar por la forma rígida de su padre a su lado, también había sido paralizado. Draco fue víctima de su pánico creciente—alguien había roto la defensa de Hermione. Alguien había conseguido entrar.

ESTÁTICAHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin