you are not so bad

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— Pero antes, quisiera a mi hermano de vuelta.

Escuchó Thor decir a Loki; un eco tardío. Su alrededor transitaba en la rapidez de una estrella colapsándose, o pudiera ser que era él el que percibía todo con lentitud. Ni siquiera sentía la fuerza de sus extremidades. Por el momento, estaba indispuesto a dar pelea. Si se mantenía de pie era gracias a la sujeción del titán sobre su cráneo, la cual cesó antes de que él pudiera concientizar lo que sucedía, cayendo de bruces.

— Cuando tienes algo que proteger, siempre terminarás perdiendo —sabía que se trataba de la voz de Thanos por la aspereza que retumbaba en sus oídos.

Thor terminó convirtiéndose en un espectador. Al tratar de incorporarse, vio a su hermano alzado por la mano del colosal ser. Thanos lo tomaba del cuello, y con su mano libre, exigía el teseracto que no tardaría en desprenderse de la mano de Loki.

— No, Loki —gimoteó Thor, logrando arrastrarse por la superficie sin quitar la mirada de la escena.

El dios del trueno hacía lo posible por llegar hasta él y, sin embargo, cada vez el titán loco ejercía más fuerza contra su cuello.

A ese paso, no alcanzaría a salvarlo. Lo perdería, quizá esta vez no fuese una ilusión.

El dolor provocado por la impotencia lo sucumbía a las brasas de la desesperación. Entonces, un inesperado impacto le llegó por la nuca, no siendo capaz de sentir uno ni otro.

La inconsciencia se había llevado el dolor. También le privó del desenlace de su destino.

Cuando fue obligado a abrir los ojos, no encontró a Heimdall, ni a Hulk u otro rostro conocido. Tampoco a Loki.

Thor sintió un palpitar en su cabeza, como si aún ejercieran presión sobre la misma. No era la mano de Thanos, era el peso de la culpa, instalado también al pecho. Todo se había ido, dejándole como único vestigio el ímpetu de vengar lo perdido.


Conforme exploraba la nave de dudoso origen, Peter empezó a darle la razón a Stark: definitivamente no debió cambiar su excursión escolar por una interestelar. Y hablando de Tony, no lograba dar con él. A pesar de la forma circular de la nave, adentro perdió la noción de que fuera tan simple como una rueda. 

Una compuerta se abrió. Segundos atrás previó que su camino podría encontrarse con alguien, así que se escondió. Ahí estaba el tirano con cara de calamar domando al mago en las fauces de su asombrosa habilidad. Aguantó la respiración y evitó volver a asomarse, precavido a ser descubierto.

— Después me haré cargo de ti —oyó decir.

Fue entonces que un cuerpo bajo el poder de su telequinesia fue desplazado hacia otras compuertas que se abrían para ceder el paso. La ocasión le llegó sin trabajo, aunque le pareció extraño que el mago fuera apartado, no quería descubrir que en sus manos ya estuviera el cometido, pero no iba a arriesgarse a atacar ya. Tuvo que infiltrarse antes de perderlo de vista, siguiendo al sujeto clave hasta que éste se desplomó. El destino último era una habitación que se selló en cuanto Peter descubrió lo despistado que era. Ese no era quien había creído y ahora estaba encerrado con él.

— Perfecto —murmuró, viendo como su oportunidad de impresionar al señor Stark se desvanecía.

Peter se acercó al hombre que yacía boca abajo, con una larga cabellera oscura que le censuraba parte del rostro. Quería confirmar que estuviese con vida, y lo estaba. Su espalda mostraba signos del débil sube y baja de su respiración.

— Voy a sacarnos de esta trampa —dijo casi como si le fuese a escuchar. Apostaba a que su error había traído algo bueno consigo, como el hecho de tener un aliado apenas éste despertara.

Epiphany: SpideyLokiWhere stories live. Discover now