-¿Cómo estás? – Jihyo se sentó a mi lado.

-No sabría responderte eso – respondí mientras bebía un sorbo – trato de estar bien.

-No es tan grabe. Después de todo siguen juntas – hubo algunos segundos de silencio – probablemente no es a lo que estaban acostumbradas pero, podría haber sido peor – Jihyo tenía razón – la razón por la que Dahyun y Nayeon aceptaron también tiene que ver con ustedes dos – ahora Jihyo nos hablaba a Sana y a mí – ven una oportunidad en seguir estando con ustedes a pesar del riesgo que corren.

-Hay un parte de mí que lo entiende – respondí – pero la otra... la otra...

-La otra solo quiere escapar – respondió Sana sin dejar de observar el paisaje – la otra quiere dejar de pensar, de sentir, de observar, de recordar – me di cuenta que la voz de Sana comenzó a quebrarse – aprecio que te preocupes Jihyo – hizo una pausa – y también, todo lo que están haciendo por nosotras hoy día. Por esta noche trataré de no pensar. Todas nos merecemos un break.

-No están solas – Jihyo entrelazó sus dedos con los míos – somos una familia. Eso, quedó estipulado desde que nos formamos como Twice.

Ni Sana ni yo dijimos algo. Sabíamos que éramos una familia pero, claramente, en este punto en que estábamos ninguna de las dos estaba velando por la familia, sólo queríamos ser felices y si eso, implicaba no seguir en Twice estaba segura, que ninguna de las dos se arrepentiría.

-Llegaron – escuché la voz de Chaeyoung – tienes unos rostros muy cansados – desde la terraza podía ver cómo Dahyun y Nayeon acaban de entrar a la casa. Realmente se veían cansadas. Le regalaron una sonrisa a Chaeyoung, una sonrisa que sabía que era falsa. Me enfoqué netamente en Nayeon. Me gustaba mirarla cuando ella no se daba cuenta que lo estaba haciendo.

Vestía un vestido rojo ceñido al cuerpo, probablemente es ropa del set de grabación. Probablemente estaba tan cansada que ni siquiera tuvo las fuerzas para volver a desvestirse y colocarse algo cómodo. Me encantaba cómo el color rojo combinaba con la piel blanca de Nayeon. Su cabello negro la favorecía también. Subí la mirada hasta su rostro y fue entonces cuando hicimos contacto visual por primera vez. Sin dejar de mirarme Nayeon llevó su cabello hacía un solo lado y comenzó a caminar hacia la terraza. Mientras caminaba me sonrió y le sonreí de vuelta.

-Hola – Nayeon no despegaba su mirada de mi.

-Estás muy guapa – ni siquiera lo pensé. Necesitaba decírselo. Quizás, en el trabajo, otras personas se lo dijeron antes así que, quería que supiera por mi boca que estaba hermosa – me gusta mucho el color del vestido – llevé la cerveza a mi boca.

-Gracias – Nayeon se quedó en silencio – te ves cansada, ¿Pasó algo? – su mano derecha acarició m mejilla y cerré los ojos. No sabía que extrañaba tanto el roce de su piel con la mía hasta este momento.

-Te extrañé – tomé la muñeca de su mano derecha y la acerqué a mi boca. Comencé a besar nudillo por nudillo sin dejar de mirarla.

-Yo igual te extrañe mi amor – Nayeon dejó caer todo el peso de su cuerpo encima del mío y nos fundimos en un abrazo. Cerré los ojos para embriagarme con el aroma que emanaba de su cuello. Amaba ese perfume y ella lo sabía – me lo coloqué antes de salir del set de grabación. Quería sorprenderte – una sonrisa se formó en mi rostro.

-Creí que ahí dentro no tenías tiempo para pensar en mí.

-Como si en algún momento del día salieras de mi cabeza Momo – nos alejamos y nos quedamos mirando - te amo – Nayeon se acercó y dejó dos besos rápidos en mis labios – iré a colocarme cómoda.

Daño Colateralحيث تعيش القصص. اكتشف الآن