Taeyong siempre se ha sentido especialmente atraído hacia mujeres mayores. En el preescolar, él sólo le regalaba miraditas a las profesores, en la primaria ansiaba que su novia fuera una chica de secundaria y en su último año de secundaria había pu...
—Desde que subiste esa fotografía a Instagram me llegaron varias solicitudes de seguimiento, me asusté un poco —comentó Jaehyun al salir del subterráneo. Eché mi cabeza para atrás, riendo. Mi mejor amigo era muy tierno.
—¿Por qué te asustaste?
—Bueno... mucha atención es extraño y no quise seguir a todas esas chicas, aunque hubo una que seguí porque se veía amable —alcé mi ceja derecha, viéndolo con interés—. ¡Pero no te hagas ilusiones! Solamente la seguí, no me gusta.
—Yo no he dicho nada —me hundí de hombros apresurando el paso, íbamos cinco minutos atrasados y nos tomaba diez minutos llegar a la escuela.
—¿Qué tal estuvo tu fin de semana? Fue raro que no hayas estado en las partidas, te necesitábamos —preguntó Jaehyun cambiando el tema abruptamente. Lo miré de reojo, tragando saliva.
¿Qué tal mi fin de semana? Malditamente perfecto y no solamente por el hecho de que lo había pasado junto a Minji, sino que me sentía mucho más relajado y feliz. De tan sólo recordar sus caricias, su sonrisa y su cuerpo una sonrisa se pintaba en mi rostro.
—Descansé —respondí sin más, dejando el tema atrás.
Jaehyun no tenía idea de mi relación con la profesora de filosofía Kwon Minji, más conocida como Millie y es que si tan sólo una persona se llegara a enterar, la vida de ambos se iría abajo.
Llegamos a la escuela en siete minutos, ambos jadeando cansados por lo rápido que corrimos y con rostros brillantes porque comenzábamos a sudar.
—¿Vamos a entrar a clases? —murmuró Jaehyun pausadamente. Lo pensé por unos segundos y terminé asintiendo.
Cuando llegábamos tarde —algo común de los días lunes—, preferíamos saltarnos la primera clase, química en mi caso y filosofía para Jaehyun, quien iba un año más bajo.
—Hoy día tenían control o algo así y no quiero tener que hacerlo el viernes —Jaehyun rió ante lo dicho y fruncí mi ceño—. ¿Qué?
—Pero no sabes nada —me dijo como si fuera obvio.
—Pero quiero hacerlo hoy.
—Entonces suerte y ojalá saques un cuatro, ¡confío en ti! —arreglando la correa de su mochila, comenzó a alejarse para dirigirse a su salón de clases. Le sonreí agradecido por su apoyo, no esperaba alcanzar un cuatro sinceramente.
—¡Y tú no coquetees tanto con tus compañeras! —le respondí en un grito cuando ya estaba lejos. Se giró dándome una mala mirada para luego devolver su mirada al frente.
