—¿Y tú has olvidado lo que te pasó la última vez que le pusiste la mano encima?— interrumpió Roma sin darle tiempo al joven para replicar.

Ángel retrocedió un poco para que ella tomara protagonismo en la situación, sabía que dentro de esa extraña enemistad que compartían ellos dos existía un curioso vínculo que, por absurdo que resultara, les creaba tendencias para preferirse en las peleas en un indudable "Ni contigo ni sin ti". Se llevaban mal, pero en ese odio suyo, se respetaban y buscaban.

—Bueno, la que faltaba— Sonrió cuando la chica se situó delante de él—. No avergonzaste suficiente a tu padre la última vez, ¿eh?

En el instituto Crosswell, Colin Miller era tomado como un mártir o, al menos, estaba a muy poco de que lo vieran así. Según la imagen que dejaban presenciar al público, él era un padre viudo que trabajaba de policía para mantener a su familia y que, como extra, también debía hacerse cargo de una hija rebelde y un tanto déspota. Así era como su hipocresía lo pintaban a él y a Roma, en ese juego de la moneda del que nadie sospechaba nunca, en el que nadie pensaría nunca que se podía esconder una realidad completamente distinta a la que les hicieron creer. El cazador era la víctima y viceversa.

—¿Que si no lo avergoncé lo suficiente?— repitió. La sonrisa que pintó en sus labios resultaba venenosa—. Muy bien, sujétame esto— le pidió a Ángel, ofreciéndole su vaso con Coca-Cola.

El chico obedeció sin atreverse a rechistar, toda la decisiva autoridad con la que se había dirigido a Tyler desapareció al notar el doble fondo de sus gestos agradables. A primera vista podía parecer una hermosa muñeca de porcelana de mejillas sonrojadas incapaz de hacer daño a nadie, pero sólo había que observar con cierto detenimiento para descubrir la oscuridad entre sus grietas.

—Amigo mío, vamos a dejar una cosa clara— Lo siguiente que hizo Roma sucedió bastante rápido.

Respaldada por el pequeño escondrijo que suponía tener a sus dos amigos detrás de ella, dio un paso hacia el muchacho de mirada azul para eliminar al completo la distancia que los separaba y, ni corta ni perezosa, dirigió su mano derecha a las partes más íntimas y colgantes de su querido enemigo. Éste se agitó tras abrir los ojos de par en par, inclinó el cuerpo sutilmente al frente por puro instinto y agarró por el hombro a la joven como si una acción tan simple como esa fuera capaz de variar en algo la situación.

—A ver— Aprovechando su postura, apoyó la barbilla contra el lado derecho del pecho de Tyler para así susurrar más cerca de su oído—, voy a refrescarte la memoria, te parece buen plan, ¿eh? Aquí la que sujeta la sartén por el mango soy yo, nunca mejor dicho, y aún así te metes con el resto. Primero John, después Nick, en algún punto de tu existencia también has jodido a Ángel. Y a más gente, claro— Apretó algo más, el chico se removió, nervioso—. ¿Cuánto vas a tardar en darte cuenta de que nadie se mete conmigo sin recibir consecuencias, mucho menos si pretende joder a uno de los míos?

—Roma, esto no es muy civilizado por tu parte— masculló él, haciendo una mueca. Por el momento no sentía dolor, pero la incomodidad y la posibilidad cada vez más presente de sufrir algún tipo de daño ocupaban su puesto con las expectativas bien cumplidas.

—Tampoco lo es pelearte con gente a la que le sacas ventaja y aquí estamos— Echó la cabeza hacia atrás para que viera su sonrisa, la misma locura que antes brillaba en los ojos de Tyler revoloteaba ahora en los labios de la muchacha—. Puedo dejarte tranquilo ahora mismo, tanto a ti como a tus pequeños amiguitos. Te noto bastante preocupado por ellos, la verdad. Lo único que te pido a cambio es que dejes en paz a la gente de una vez, ¿vale? Sobre todo a Nick, él no tiene la culpa de que te dé asco lo que eres.

—Está bien, pero suéltame.

—No te he escuchado prometiéndolo.

Tyler apretó los párpados por un segundo y suspiró antes de observar su entorno, los dos chicos que acompañan a Roma eran suficientes para que el resto de la gente no viera con facilidad lo que les pasaba a ellos.

Un Ángel para RomaWhere stories live. Discover now