Draco dejó escapar un gruñido furioso y tiró de su cabello. —Pendejo de mierda —Lucius había colocado su cabeza entre las manos, masajeando sus sienes con los pulgares. Se veía horriblemente en conflicto.

—Señor Potter, ¿puedo hablar con usted un momento? ¿En privado? — dijo Lucius de repente.

Harry le lanzó una mirada extraña, pero asintió bruscamente e hizo un gesto hacia el pasillo. Lucius se levantó y lo siguió, dejando a Draco y Ron en la sala de estar.

—Weasley —dijo Draco, con su expresión llena de dolor—. No voy a pretender que nos llevamos bien, o que incluso nos agradamos, pero tú me crees, ¿no? Sabes que nunca quise esto. —Draco no sabía por qué de repente le importaba, pero Hermione le hacía falta y quería que Potter y Weasley entendieran que él no era responsable. Sentía un fuerte lazo hacia Hermione. Había más que un lazo entre ambos. La sugerencia de que podría haber planeado el ataque en realidad lo hacía sentirse enfermo.

Ron miró a sus pies por un minuto y luego se encogió de hombros. —Es difícil de decir, pero sí, parece una exageración pensar que estás involucrado. Tú y Herms parecen llevarse mejor últimamente, por la razón que sea —sonaba bastante molesto para estar admitiendo eso en voz alta.

Draco sintió algo de alivio al oír las palabras de Ron. Si él podía verlo de esa manera, tal vez Harry también.

—¿Qué supones que tu padre quiera hablar con Harry? —dijo Ron, su frente se arrugó por la confusión, miró hacia donde los dos hombres habían desaparecido.

Draco miró en la dirección del pasillo. —No estoy seguro. Tal vez él quiere ayudar de alguna manera. También le ha tomado afecto a Granger.

Ron se rio entre dientes. —Nunca pensé que vería el día.

—Yo tampoco.

Ron parecía perdido en sus pensamientos. Se frotó los ojos con las manos y luego empezó a hablar, mirando nuevamente a sus pies.

—Poco más de un año y medio atrás, Hermione desapareció en una batalla. Estábamos tratando de proteger a un barrio muggle de un ataque mortífagos cerca de Bristol.

—Recuerdo esa batalla. Mi padre y yo fuimos retenidos en nuestra casa... ya habíamos empezado a caer en las filas, supongo, pero no me di cuenta entonces. Creí que querían mantenernos a salvo —Draco resopló.

—Me alegra saber que no estuvieron allí, la verdad —dijo Ron—. Fue una larga batalla. Ella había desaparecido por tres horas. Las pérdidas eran muchas en ambos bandos. Harry y yo estábamos volviéndonos locos. Cuando la encontramos... bueno... fue un espectáculo considerablemente horrible.

Draco se movió incómodo. Sabía Ron estaba a punto de decirle lo que provocó el quiebre de Hermione, y si la ansiosa inquietud de Ron lo indicaba, era algo grave.

—Los mortífagos habían atacado una escuela muggle, y ella fue para salvar a los niños, por supuesto. Fue acorralada en un aula con todo un grupo de niños. Los mortífagos... ellos... —Ron se calló, lucía deteriorado—. Lanzaron un hechizo a través de una ventana. Se rompió el cristal. El hechizo mató a los niños... funcionó como una cámara de gas muggle, supongo. Herms solo sobrevivió porque sabía el encanto del casco-burbuja y se lo invocó antes de inhalar. Los niños no tuvieron oportunidad... murieron inmediatamente. Estuvo atrapada allí con todos los cuerpos por horas hasta que hayamos la forma de retirar el hechizo de bloqueo.

Las palabras de Ron hicieron eco en el espacio entre ellos. Hermione... mágicamente encerrada en una habitación llena de niños asesinados. Niños a quienes había estado tratando de salvar. Era suficiente como para romper cualquier persona, pero Hermione tenía el corazón más grande Draco había visto nunca. Debió haberla destruido.

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