Décima Tercera Parte

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Y ni hablar que la presencia de Rajiv le era incómoda a Borka.

Borka en cambio estaba tan al pendiente de su novio, que pudo notar de inmediato el cambio en el humor y comportamiento del más joven.

Por tal motivo aprovechó el momento para decirle a su novio que salieran a tomar aire en el balcón, y en un principio quiso preguntarle sobre aquella reunión de la cual le hablo Gian antes en casa de su prima, sin embargo ahora era mejor dejar eso a un lado y centrarse en subirle el ánimo, algo difícil sabiendo de antemano que su novio es alguien muy complejo de comprender.

Fue entonces Abü que rompió el silencio sin que Borka se lo esperara.

—El clima es hermoso, ¿sabes?, me encantan los días lluviosos.

Borka guardó silencio y permitió que su novio siguiera hablando de esa forma.

—Me recuerda a mis días en la escuela, siempre me quedaba viendo la lluvia a través de la ventana, y había veces en las que podía bañarme en ella y era un momento hermoso.

«¡Deseo proteger tu fragilidad

Borka vio como la humedad se acumulaba de nuevo en los ojos de su joven novio.

—Continua. —Dijo Borka en voz una octava más grave de lo normal.

—En un día lluvioso conocí a Jenifer, ella se veía serena, y por eso sé cuál razón te llevó a enamorarte de ella.

«Pero yo, yo no sé si la amo a ella»

—Su mirada llena de fragilidad, parecía un gatito indefenso en medio de la lluvia, en cambio yo estaba tan concentrado viéndola actuar que no me fije que tenia rato pidiéndome ayuda para cargar con el montón de libros que estaban en sus manos.

Borka recordaba ese día, y podía jurar que era un idiota por no reconocer a Abü antes, quizás se deba a que en aquel entonces toda su visión siempre giraba en torno a Jenifer. Y ahora ni él podría asegurar a quién miraba más.

—Cuando reaccione corrí a ayudarla, y te vi. Estabas fijamente observando cada paso que ella hacía. Y no era la primera vez, ya te había visto observándola.

«Entonces por eso es que ya me conocías y aseguraste que me gustaba»

—Supongo que aquella vez te tomó por sorpresa el hecho de que aseguré que ella te gustaba, pero ya me había dado cuenta de todas las veces que la veías, y fueron muchas.

Borka por un momento volteo su vista hacia la sala y pudo ver a su primo y compañía ajenos a lo que ambos conversaban en el balcón.

Respirando aliviado, Borka volvió su vista hacia Abü para encontrar aquellos ojos oscuros -debido a la noche- mirarlo de lleno. Y sintió cómo su corazón se saltaba un latido.

Borka entonces supo que Abü estaba esperando una especie de confirmación a lo que había dicho anteriormente y por tal motivo tuvo que asentir, ya que era muy cierto, Borka en aquel entonces se estuvo preguntando incluso por días, ¿quién es este chico?, ¿de dónde salió este chico? ¿acaso es tan obvio que ella me gusta?.

Entonces Abü al ver que Borka asentía continuó hablando.

—Quizás te preguntes el por qué te ayude.

Borka asintió de nuevo y justo al ver el ceño fruncido de Abü mientras esté pensaba, su corazón volvió a saltarse un latido.

—Ella es un tanto difícil, pero pude fijarme que ya había puestos sus ojos en ti, quizás no fue en la misma forma en la que tú la observas, pero si se fijó en ti, de hecho ella... —Abü entonces posó su mirada en el horizonte, y se mantuvo callado por lo que a Borka le pareció una eternidad —y solo fue un minuto—, luego volvió su mirada sobre Borka y le sonrió con picardía, como si acabara de recordar una hazaña importante. Borka entonces entendió que mañana a primera hora debía pedir cita con su cardiólogo, ya que con sus casi cuarenta años estaba comenzando a presentar fallas su corazón— Ella te trataba mejor que a la mayoría de personas que asisten a la biblioteca.

(PAUSADA) ¡Quiero el divorcio! ¡Ahora! (ORIGINAL)Where stories live. Discover now