2 'Verdades'

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Despierto con un fuerte dolor de cabeza, me cuesta incorporarme, pero después de varios intentos cuando logro hacerlo, sé donde estoy y sé que debo hacer. Mi destino esta esperándome detrás de estas puertas y es más fuerte el deseo de saber que pasará a continuación que mi anterior letargo, así que no me cuesta mayor trabajo dejar el lecho en el que descansaba. Me levanto rápidamente y salgo de la habitación. Recojo mi cabello en un moño algo improvisado mientras que con mis ojos busco en que aposento puede estar Loki.

No veo por ningún lado al dios, así que me detengo en medio del palacio, luce un poco más grande desde dentro, fuera es incluso diminuto, fijo mi atención en pequeños detalles, como los cuadros que decoran la pared, la escalera en forma de caracol que centrada reposa como un gran pilar, los tonos pálidos que terminan por darle al lugar el toque lúgubre que caracteriza a los dueños del mismo. Luego de un par de minutos, una vez que he vuelto de mi pequeño escrutinio y como si lograra llamar a Loki con mi mente, cosa que no descarto, aparece frente a mí, con su típica sonrisa despectiva, como si intuyera lo que pasa por mi cabeza pero no quisiera adelantarse a los hechos.

— ¿Has descansado? —comenta con un tono que incluso podría catalogar como cordial. Yo asiento lentamente dándole a entender que es lo mínimo que puedo hacer en el lugar —Me alegra — suelta despectivo— necesitarás estar totalmente despejada para lo que viene.

—Ve al grano —sentencio, ruedo los ojos algo irritada — ¿Crees que no lo he notado? ¿Puedes llegar a pensar que soy lo suficientemente idiota, como para no darme cuenta de que algo me ocultas? —levanto mis manos y las dejo caer golpeando mis muslos.

—Supongo que necesitas escucharlo de una vez por todas —dice casi en un monologo, podría llegar a pensar que no me ha escuchado o que ha preferido ignorarme para hablar consigo mismo.

Levanta la mirada dramáticamente hacia el cielo, después de dar un gran suspiro, que se siente tan fingido como su posterior mirada cargada de tristeza, podría jurar que incluso quiero reír. Me mira fijamente, como si meditara sus palabras, como si las midiera, sé que le es difícil soltar la verdad absoluta, nunca ha sido demasiado honesto, pero esto es algo más, es como si tratara de tergiversar todo, como si de alguna manera buscara la forma para ocultar lo que en realidad pasa o para simplemente moldear la verdad a su beneficio.

—Dilo —suelto casi molesta cuando han pasado un par de minutos sin que pronuncie alguna palabra.

—No eres inmortal —dice mientras se encoje de hombros, como quien comenta el clima, como quien comparte una noticia que ha escuchado en la radio pero que no representa mayor relevancia, me toma por sorpresa, no sé qué decir, como responderle, actúo por impulso.

— ¿De qué hablas? —Escupo más que indignada — ¡Claro que lo soy! —expongo y Loki niega. Yo solamente me altero, quiero gritarle, deseo explicaciones, deseo que me aclare todo de una sola vez. ¿Cómo puede mentir de esa manera? ¿Cómo pudo arruinar mi vida así?

—No lo eres. Elizabeth, no te mentiría con algo tan obvio. Tienes que saberlo —Habla y en su tono de voz descubro un deje paternal a modo de reprimenda.

Mis cavilaciones regresan a aquel momento en el que ingrese a Estix, aun puedo sentir sus aguas cubriéndome, su olor tan repulsivo, puedo sentir el vértice entre la vida y la muerte. Recuerdo luego encontrarme con Hel y luchar con furia, con desdén. En ese entonces todo era un poco diferente. Sentía poder recorrer mis venas, era intocable, fuerte, valiente, era... era poderosa, ahora no lo soy. La debilidad corre por mi cuerpo, el cansancio, la duda, no puede ser... yo no soy mortal ¡No lo soy! ¡No puedo serlo!

—No puede ser —susurro por lo bajo, casi entre dientes, mientras observo mis manos, mis brazos, mi cuerpo —Yo tengo que ser inmortal.

— ¿Por entrar a la laguna? Vamos conoces las historias —Dice mientras suelta una pequeña risa y se sienta en una silla victoriana, cruzando sus piernas, me observa, analiza mis movimientos, los detalla.

Magni|  #3 | N. HoranWhere stories live. Discover now