MAR

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Estoy en el mar, moviéndome entre las olas y sintiendo el agua abrazándome todo el cuerpo. Escucho la brisa, los pájaros cantar y el sol consumiéndome la piel, me gusta tanto que me relajo y me comienzo a undir, trato de moverme pero el cuerpo me pesa, todo se vuelve oscuro y ya no puedo respirar, me comienza a doler la cabeza, peleo para poder moverme pero sigue sin responderme, me estoy quedando sin esperanzas y cada vez estoy más y más profundo, el agua se pone más y más fría a medida que bajo, se me salen las lagrimas y el dolor se expande en todo el cuerpo, veo al frente mío a alguien, una mujer joven y cuando se acerca a mi, la detallo un poco más que pienso que soy yo.

-Estoy alucinado. Pienso. Me estoy muriendo.

Al principio ella me observa con una mirada penetrante como si supiera todo de mi y pudiera leerme la mente, yo también la miro, pensando cuánto tiempo más podré soportar esta agonía.

-¿Te vas a rendir así de fácil? Me dice y suena exactamente a mí.

No le entiendo, si ella supiese que no puedo moverme, ¿Por qué no me ayuda?

-Cobarde. Me dice y se aleja de mi, pareciendo un poco decepcionada.

-No te vayas, por favor no me dejes. Digo en mi mente como si ella me pudiera escuchar y muevo el brazo con toda mi fuerza.

Ella se detiene y no es capaz de voltearse del todo, solo mira el brazo inclinado y desaparece.

Me doy cuenta de lo estúpida que fui todo este tiempo, empiezo a nadar a la superficie, sin embargo me estoy agotando, la fuerza comienza a disminuirse.

-No te rindas Sienna, ¡sigue un poco más! Me digo mientras siento como el oxigeno dentro de mi se agota, y cuando ya casi llego, cuando ya casi alcanzo a llegar, me despierto de golpe.

STOCKHOLM SYNDROME HISTORYWhere stories live. Discover now