Remonté a mi plástico de adentro, mientras bailaban miradas entre el ente y su cuerpo. Yo solo escuchaba su canción, como si estar presente no tuviera otro sentido. Quizás no lo hubo o fue simple causalidad, pero entre tus rodillas y mis pies estaba la milonga más prolija y la bohemia del imposible, para gritarle díez goles al desenlace del cuento de hadas y a la estúpida razón de porqué ya no te amo. Sin razones hay excusas, y esa noche no existió.
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Una Nota Por Bajon
PoetryMis vacíos suelen llenar renglones y de vez en cuando me gusta sacar las palabras a pasear.