Capítulo 5

27 5 7
                                    

Ethan continuaba arrodillado, lucía fatigado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Ethan continuaba arrodillado, lucía fatigado.

Hace el ademán de levantarse usando como apoyo al tronco del árbol, pero se encuentra muy débil y sus piernas flaquean.

Santiago acorta los escasos metros que los separan y corre a socorrerlo antes de que caiga al suelo.

— Te tengo —dice Santiago al tenerlo entre sus brazos. Ethan alza su rostro para responderle. Sus miradas se conectan.

Y entonces ocurre.

El cristal de Aether que Santiago tiene en su reloj comienza a brillar. De él brota una estela morada que los envuelve a ambos y una sensación de calidez emana de las yemas de los dedos de Santiago y calienta las zonas donde entra en contacto con el agotado cuerpo de Ethan.

El calor aumenta pero no sofoca, es más bien reconfortante.

La energía de Ethan poco a poco va aumentado mientras que sus miradas, ahora sorprendidas; se mantienen conectadas.

Una debilidad por parte de Santiago rompe el vínculo, él baja su mirada, no soportaba seguirse adentrando en los profundos océanos que representan los ojos de Ethan.

El reloj, recogiendo los vestigios de luz, deja de brillar.

— ¡Vaya! Eso... Eso fue... Sí —tartamudea Ethan tras separarse.

— ¿Qué... qué acaba de pasar? —pregunta Santiago un tanto falto de aire.

— No lo sé, la verdad, lo mejor es que le informe de esto a mi padre. Pero si debo decirte que me has regresado las fuerzas, lo siento en mi interior. —dice Ethan entusiasmado y con una sonrisa de oreja a oreja, una que embelesa a Santiago hasta que un repentino mareo hace que se tambalee.

— ¡Ey, ey, cuidado! —dice Ethan sosteniendo al chico.

— Lo siento, yo... —corta la frase sintiendo que el mareo regresa.

Ethan coloca el brazo de Santiago sobre su hombro y lo ayuda a mantenerse de pie, con un poco de ayuda de la telequinesis.

— Pero si no pesas nada —dice Ethan a modo de broma.

— ¡Ja! dile eso a Verónica. Me ahorrarías muchas bromas de su parte —dice el castaño riendo al recordar a su loca amiga. La sola mención de ese nombre hace que Ethan finja que no puede con él y lo suelta, atrapándolo de nuevo en el aire.

— Lo siento, te me resbalaste —dice él excusándose de manera falsa. Santiago le contesta con una media sonrisa.

— Necesitas recostarte, ¿cuál es tu cuarto? —pregunta en tono cortés.

— Aquel, el segundo a la derecha. El que tiene la ventana abierta —dice el castaño mirando hacia el piso de arriba.

— Perfecto —dice Ethan usando su habilidad para volar hasta allí. Santiago al ver que sus pies abandonan el suelo entra en pánico.

BlackoutWhere stories live. Discover now