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Damián

Ya llevo un año en esta ciudad monocromática, donde los pocos colores vivos que hay no vienen de nada que tenga vida si no que de alguna estructura que intenta decorar la oscuridad de su gente. No logro acostumbrarme a esta soledad y a las caras largas a diario. Es cierto que recién salí a los 26 años de mi pequeño pueblo en la Patagonia, algo adulto ya para salir de casa, pero no quería abandonar a mis padres ni a mi regalón, mi caballo Albino, a veces cierro los ojos y lo veo correr, pararse en sus patas traseras cuando se enojaba ver como brilla su larga crin completamente negra azabache como él.

El día que cumplí 25 años mis padres me llamaron a parte muy serios porque querían hablar sobre mi futuro.

- hijo tenemos que hablar sobre tu futuro- comenzó mi papá

- ¿qué pasa con mi futuro? Yo estoy conforme con el trabajo que tengo

- sabes que ya ha habido muertos en la mina y no queremos que corras la misma suerte- dijo mi mamá con voz temblorosa

- mamá esos son accidentes aislados- le quite importancia, pero esos pocos accidentes habían sido mortales en su mayoría

- Damián yo trabaje 30 años en minería y he tenido que despedir a muchos de mis colegas porque han muerto de silicosis, no quiero eso para ti

- ¿y qué quieren que haga?

- Queremos que te vayas a estudiar a la capital

- pero me gusta la vida acá, salir con mis amigos, correr con el albino

- tienes que madurar ya no eres un niño, salir a tomar con amigos y las carreras de caballos no te servirán de nada cuando tengas 50 años- mire a mi mamá buscando su apoyo, pero desvió la vista

- ¿usted qué opina mamá? ¿quiere que me vaya solo a un lugar que no conozco?

- Hijito mío me rompe el alma pero es por tu futuro además no estarás solo allá tienes dos primos y hablaremos para que te quedes con ellos- Así se zanjo mi futuro durante ese año me prepare para la prueba de admisión universitaria, mis amigos me hicieron despedidas varias con varios corderos al estilo patagón y meses después estaba instalado en una ciudad que desde el avión ya no me gusto, desde el cielo se veía la contaminación que la tapaba, estaba en un valle rodeada de cordilleras que podían lucir bellas pero la contaminación no permitía verlas, al llegar al aeropuerto nadie respondía mis saludos y ni siquiera me miraban, hasta que vi a mis primos que tampoco lucían alegres al recibirme.

Luego de 6 meses rogué a mis padres volver, me preguntaron si era la carrera, pero no era así, de hecho, entre a ingeniería en agronomía para poder volver a mi adorada Patagonia con sus cielos celestes, sus vientos huracanados, sus lagos de aguas cristalinas y su gente que si saludaba. Extrañaba mi libertad, poder ir en bicicleta o caminando a todos lados, andar a la hora que sea sin miedo, sacar el celular para sacar una foto sin miedo a que lo roben, tener tiempo para detenerme a mirar el cielo, el lago, los loros que llegaban antes de la nieve. Estaba cansado de correr.

- Damián lo que pasa es que sigues pensando como si fueras un niño tienes que sentar cabeza así que te quedas allá hasta que termines tu carrera y punto- así sin más mi padre me cerro las puertas a volver y aunque trate de comunicarme con mi mamá ella no quiso contestar mis llamadas

Los siguientes meses los viví casi por inercia me despertaba a las 5:30 de la mañana para ducharme, vestirme y salir, aprendí que el desayuno se tomaba en el camino así que llegando al subterráneo compraba algo en una cafetería y desayunaba en el camino a clases. Salía del subterráneo a tomar un bus a las 8:00 am donde era una lucha subirse porque todos empujaban algo que con el tiempo aprendí a hacer yo también. Llegaba a clases a las 8:30 mis compañeros me molestaban un rato por ser sureño, por mi acento, por mi forma de vestir, por la música que escuchaba. Hacían lo posible por demostrar una superioridad por sobre mi persona lo que luego de un tiempo ya no me importo e incluso llegue a creerlo, aunque yo sabía que ellos nunca habían tenido la libertad que daba correr arriba de un caballo o andar en kayak en el lago, ni sentarse a pescar salmones y comerlos fresquitos en un ceviche. No veían lo triste que yo encontraba sus vidas, lo vacía que las veía.

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2018 ⏰

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