Mi subconsciente es muy literal, al parecer.


─Ahora me vas a escuchar Beatriz Amatista, todas y cada una de las letras que diga─ sentenció sentándose al frente mío.


Yo tragué grueso y asentí. La seriedad de su voz me hizo querer ponerle atención, ojalá que no me decepcione.


─Yo sólo quería.. ─titubeo con sus labios apretados en una línea recta ─....Perdón.


De todas las palabras del mundo, de los mil discursos hablados, de las millones de cátedras existentes ¿debía pronunciar esa?


Por un minuto muy largo, me quedo en total silencio, admirando su rostro con esa expresión entre preocupada y expectante. Siendo sincera no sé qué decir.


─Vamos, di algo, me siento incómodo. ─sugiere él jugueteando con sus manos.


─Ammmm... ─murmuro pensativa. Mi mente está en blanco. Cualquier frase razonable que hubiera como respuesta en mi mente se ha ido de vacaciones a la antártica.


Ríe. ─ ¿Ammmm? ¿Eso es todo? Después de todo lo que te hice te pido perdón y tú sólo dices ¿ammmm? Eres increíble ─ironiza incrédulo.


Tenso la mandíbula. Tiene que ser una broma ─Sigues siendo el mismo idiota de siempre ¿no?


Me mira incrédulo. ─ ¿qué?


─Te soporte por un año, bajo tus burlas, insultos e incluso golpes, dijiste que ya no lo harías más y lo hiciste, ahora me pides perdón y ¿esperas que te dé un abrazo, un ramo de flores y un oso de felpa? ¿Qué creías? Estoy completamente sorprendida y aún no lo creo, es difícil creerle a una persona como tú. ─escupo indignada.


─ ¿Una persona como yo? ─pregunta irónico


─Ay, ya déjate de tu cliché y enfócate en la vida real, demuéstrame que de verdad estás arrepentido y te perdono. Hasta entonces mi respuesta es no. ─finalizo parándome y saliendo de la biblioteca sin rumbo fijo.


Es increíble, acaba de arruinarme el día con su estúpida estupidez. Me molesta que las personas pidan perdón cuando no sienten una pisca de arrepentimiento, simplemente irritante, e innecesario. ¿Por qué sacrificar un poco de dignidad en alguien como yo? No digo que sea tan insignificante, pero fue él quien arruinó todo, él hizo que todos me odiasen y quisieran verme muerta, ¿acaso tiene idea de lo qué se siente, que tus compañeros, que a las que tu llamabas amigas te digan que estarías mejor muerta? ¡Él no tiene idea de nada, no tiene derecho a exigirme nada! Arruinó mi vida sólo por salvar su pellejo, sólo por no admitir que él fue quien empujo a Kamila por las escaleras. Yo jamás haría algo como eso, pero nadie me creyó, todos me dieron la espalda.


Moví la cabeza de lado a lado, voy a tratar de olvidar todo y concentrarme en lo importante, mi audición hoy en la tarde...


¡Merlín!


¡Mi libreta! Rayos, la olvidé en la biblioteca. Creo que después tendré que ir y pedírsela a la Señorita Umbridge. Sí eso haré.

Nada Diferente © [RF#1]Where stories live. Discover now