Capítulo 34

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Sonia:

Desde que la puerta se cerró, desde que le dije que tan sólo habia sido un beso, desde que me miró con desprecio y dolor, desde ese momento supe que se había acabado, que todo habia terminado, que ya definitivamente no me quedaba nada. Dos lágrimas mojaron mi mejilla cuando ese portazo hizo temblar mi corazón. Había salido de la habitación y se había largado sin decir una sola palabra. Yo miré al suelo mientras esas dos pequeñas lágrimas chocaban contra la moqueta. Gélida. Así me quedé cuando me dí cuenta de que desde ese momento estaba sola. Y llevó sola cuatro meses, pero existe ese dicho que dice que mejor sola que mal acompañada.

Bien, pues ahora mismo reino sobre media Bradford y una parte del distrito Sur. Ahora soy yo quien le toca las narices a Peter y quien manda en esto. Nadie creía que pudiese hacerlo, bien, pues aquí me tienen, y no pienso pararme hasta conseguirlo todo. Todo Bradford será mío, y por fin podré sacar de esa mierda de casa a Harry, quien aún sigue ahí. Sinceramente necesito sacarle, aunque quizás Liam no se lo tome muy bien, pero me da igual. Si el no supo quedarse a mi lado ahora me tendrá en contra. 

Me había conseguido un nuevo Louis, no tanto como él, pero si me había conseguido uno nuevo que me ayudace en todo. No me acaba de convencer, por eso quería a Harry. Para mí la pelea que tenía con Liam por conseguir a Harry, era como cuando los padres se separan y pelean por la custodia de sus hijos. 

Esa mañana era la más liada de toda la semana. Me desperté temprano, salí a correr con Emily, mi nueva Louis. Al llegar me duché corriendo y me llevé una manzana para comer por el camino mientras Emily ya me esperaba n el coche. Fuimos a uno de los almacenes en los que habían traido nueva mercancía. Al llegar me bajé del coche y entre directamente a mi oficina. Le indiqué a Emily que me fuece haciendo un informe que yo tenía papeleo que arreglar. Ella asintió atando su rojo cabello en una coleta y buscando su carpeta. 

-Creo que está en tu despacho, voy a pasar.

Dijo mientras yo firmaba una de los recibos. Le dí la llave y ella entró en el pequeño cuarto que había amueblado como tal. Salió con los ojos abiertos de par en par y parecía que estuviese en shock. 

-Qué ocurre Em??

Le pregunté acercandome a ella y dejando de lado al chico que sostenía los papeles. 

-Creo que deberías de entrar.

Dijo dejándome pasar. Arrugué el entecejo y entré en el despacho. 4 meses llevaba sin ver sus caras. Cerré la puerta a mis espaldas. y caminé hasta la ventana para bajar las persianas, las que daban al almacen. Los miré de reojo mientras me sentaba en mi despacho.

-Tanto puto guarda y dejan entrar a estos dos.

Dije para mis adentros pero queriendo que ellos me escuchacen. Él soltó una carcajada irónica. Él otro miró al suelo para luego dirigir sus azules ojos a los míos.

-Qué quieres Liam??

Le pregunté ordenadno un montón de papeles que tenía sobre la mesa. Trataba de hacer que no se diece cuenta de que estaba totalmente nerviosa. Él sonrió y tomó una calada del cigarrillo que sostenían entre sus labios. Se colcó recto en mi sillón de cuero megro de 600 euros. 

-Hablar, o tampoco puedo.

-No lo sé, preguntatelo a tí mismo, tu fuistes el que te largastes sin decir nada.

Dije a modo de reproche. Lo miré, por primera vez desde que estaba allí, miré sus ojos escondidos tras unas gafas de sol, miré sus dañadas manos, su desaliñada braba, su cabellos, el cual se había dejado crecer bastante pero respetando el corte. Me fijé en su ropa, iba totalmente oscuro, llevaba unos pantalones grises, de vestir, un sueter de cuello negro y un abrijo de negro largo hasta por encima de los muslos. No sé que penaría él sobre mí, pero yo tenía unas ganas de saltar a sus brazos y volver a olerle. 

Tienes que elegir... El o yo.  (Liam Payne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora