Ocho años después

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Disclaimer: ninguno de los personajes me pertenece (excepto el OC Manuela), todo es de Marvel y las empresas a las que cede sus derechos.
Nota: Many fue emparejada con Gambit en un juego de rol de escuela secundaria (nunca fue creada con ese fin, realmente). Ella es carterista y descendiente de mexicanos, originalmente tiene 15 años y es una mutante que puede desintegrar objetos con las palmas de sus manos. Remy, por su lado, tenía 17 cuando se conocen. En este fic muestro un futuro alternativo al que pensé para ellos.
¡Gracias RosieLun por mostrarme que Remy es un personaje tan complejo y darme el único juego de rol que disfruté! Vayan a leerla porque es inmensamente talentosa.

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Ser un maestro de escuela no había estado en los planes de Remy LeBeau. No que él hubiera tenido planes para su futuro, él se había dedicado a correr por años, muy ocupado cargando con los problemas de los demás sobre sus hombros, con responsabilidades que no deseaba y con viejas culpabilidades de cosas que no podía cambiar.

Remy no pensaba en nada de eso. Estaba aburrido, cansado y algo hastiado de la rutina,  pero no se planteaba nada de aquello, tal vez corriendo metafóricamente, para no hacerlo en realidad. Huír de sus propios pensamientos era lo que había remplazado a su carrera de años. Por eso, cuando caminaba desde la cabaña cercana a la mansión (porque a pesar de los años, aún se sentía fuera de lugar en esa gran casa); rodeandola para evitar atravesar los pasillos llenos de niños que debería saludar y los compañeros que esperaban que actuara todo despreocupado; la imagen lo golpeó de lleno: una morena, de pie en la entrada de la mansión.

Sus pasos titubearon un segundo, con la visión de perfil de aquella morena que le resultaba familiar. Lo arrebató la inexplicable sensación de que aquello era un sueño, alguna ilusión extraña que su mente creó. Pero aquella sensación se desmoronó tan pronto como sus pasos regresaron al ritmo natural, acercandolo más, permitiéndole notar que ese hombre a su lado era Scott, dándole un motivo más para sentirse descolocado.

"Deliras, Remy" —se dijo a sí mismo, a penas un segundo antes de que Scott notara que él se acercaba y una expresión fugaz de disculpa pasara por sus facciones. Aquello debió llamar la atención de la pequeña mujer morena, porque volteó su rostro hacia donde Scott había mirado, solo para toparse con Remy.

Remy sintió deseos de correr. Quiso evitarse el dolor que había caído de repente sobre su pecho y la angustiosa expectación que contrajo su estómago. Él hubiera deseado que alguien le advirtiera aquello, para poder evitarse esas sensaciones de mierda y la expresión patética que se dibujó en su rostro.

—Hey,  Remy —saludó ella. Sonrió suave, tan sinceramente que dolió como un puñal en el pecho de Gambit,  con el recuerdo de cómo ese gesto había hecho pensar al cajún que todo estaba bien y nadie más importaba, hacía algún tiempo atrás. Manuela Martínez sonreía como si no hubieran pasado años desde que se vieron de tan cerca.

Casi podía reconocerla: Many,  la chica que él llamó su novia, vuelta mujer. Disfrazada con esa falda de tubo y zapatos de tacón. Disfrazada en esa blusa blanca de botones. Tan bella,  tan lejana a lo que él conoció.

La fantasia fugaz,  de que solo era la ladronzuela timándolo, al actuar como una mujer seria, pasó por su mente, haciéndolo sonreír. Sus labios torcidos con sorna, burlandose de él mismo al ser tan patético.

Bonjour, mademoiselle —replicó dubitativo, tratando de sonar como Remy; despreocupado, seductor y algo tonto. Se dijo a sí mismo que en la única tecla que acertó fue en "tonto".

—Tanto tiempo —comentó ella, tratando de ver a los ojos ocultos detrás de las gafas de sol.

"Ocho años" —pensó en respuesta. No que hubiera contado todos y cada uno. Cada cumpleaños, navidad y año nuevo que pensó en ella, aburrido de la normalidad. 

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