Capítulo 14: Bella desconocida.

Comincia dall'inizio
                                    

No me importaba que no supiera cual iba a ser mi futuro a partir de ahora, casi prefería no saberlo. Pero por otra parte, mi futuro ya parecía estar planificado, aunque no supiese los detalles, aunque no supiese ni cómo ni porque, mi misión ya estaba programada.

Sentía como las emociones iban alterándome por dentro, pero por fuera me sentía como una estatua, los músculos se me empezaban agarrotar y apenas era capaz de distinguir nada de mí alrededor, como si lo que vieran mis ojos no lo captara el cerebro.

Entonces un recuerdo llegó a mí, un recuerdo tan lejano que posiblemente no fuese un recuerdo sino una invención de mi cerebro.

“No tendría más de cinco años, jugábamos en la playa y una niña, algo mayor que yo, se acercó hasta mí.

- Hola Kai, mis padres me han dicho que venga hablar contigo, soy Sussan aunque todo el mundo me llama Suss. Me han dicho que eres algo más pequeño que yo. Yo ya voy a la escuela de primaria, haré segundo este año…

Recuerdo lo pesada que era, como ni siquiera hizo falta que la dijera nada para ponerse a hablar como una cotorra. Ella tampoco sería muy mayor, como mucho seis años o así.

Yo intentaba pedirla que se fuera, de esa manera tan educada que me había enseñado mi padre, pero ella no callaba. No había manera de meterme en la conversación cuando de repente dejó de importar, un caprichoso rayo de sol dio de lleno en los cabellos de una niña que jugaba con su cubo en la orilla.

Las palabras de Sussan dejaron de llegar a mi mente, era como si mi cuerpo se hubiese detenido solo con mirar a esa niña. Entonces ella se dio la vuelta haciendo volar su larga melena dorada y me miró sin ni siquiera parpadear.

Estuvimos así un buen rato, seguía oyendo de fondo la voz de Sussan pero sus palabras no llegaban a mi cabeza. Una ola llegó y mojó los pies de la niña obligándola a salir del trance en el que estaba.

Me levanté de la toalla en la que estaba sentado y dejé a Sussan con la palabra en la boca para dirigirme hacia aquel ángel en forma de niña.

- Hola – dije cuando llegué a su lado. – Me llamo Kai.

- Hola Kai, soy Eve. – dijo con una preciosa voz de niña.

Entonces una ola volvió a mojar sus pies y con ellos los míos, lo que provocó un enfado de mi padre que nos miraba y que minutos antes me había pedido que no me acercara al agua.

- Te lo advertí William, nos vamos a casa.

Y tras eso, aquel demonio me privó de la visión de mi ángel y me llevó en brazos hasta el coche.”

El recuerdo me había llegado como una película a mi mente, como si en vez de recordad estuviese viviéndolo, pude sentir el calor de aquel día soleado o el agua rozando nuestros pies. Pude sentir la rabia hacia mi padre por sacarme de la playa. Lo sentí todo como si volviera a tener cinco años y volviera a estar pasando lo mismo.

Pero aquella niña, aquel nombre…

¡O MADRE MÍA! ¡YA LA CONOCÍA!

Pero eso no era por lo que había recordado ese momento de mi vida, un momento que ahora recuerdo lo mucho que me costó superar y como con los años, mi mente había decidido olvidarlo por mi bien. Y todo porque no la volví a ver, ella ya no volvió a la playa y nunca más supe de su existencia, llegué a creer que fue un sueño.

Ahora entendía porque mi nombre no quedaba bien en sus labios, porque cada vez que me llamaba Will o William era como una patada en mi estomago, como si aquella cosa no pegara con ella. Era porque ese no era el nombre por el que debía llamarme, ella debía llamarme por mi verdadero nombre, ella debía llamarme Kai.

Saga Elementos III: AguaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora