Capítulo 1: Solo confiaré en ellos.

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Desde joven he confiado ciegamente en los profesores, aquellos ilustrados y sabios seres que siempre parecen saberlo todo. Su aspecto imponente, casi divino a mi parecer, impartiendo orden en los disturbios de las salas e inspirándome a estudiar lo que más pueda para algún día llegar a su nivel. Sin embargo, pese a mis grandes ilusiones y visiones sobre ellos, Hogwarts finalmente me hizo despertar de mi sueño.

En mi primer año casi soy asesinada por un trol y tuvimos que defender un objeto poderoso, todo por culpa de la incompetencia, arrogancia y negligencia de los adultos. En numerosas ocasiones pedí su ayuda, ignorando las quejas y escepticismo de Ron y Harry, siendo cruelmente decepcionada. Este año me petrificó por un basilisco y nuevamente mis amigos tuvieron que encargarse de todo. Somos chicos de 12 años, apenas estamos aprendiendo lo básico de la magia y ellos, que nos llevan años de ventaja, deberían haber hecho algo. Era su deber, no nuestro.

Lo único que espero es el momento en que se disculpen y me ayuden a convencer de que fueron simples errores. Que los profesores hagan algo, cualquier cosa que me demuestre que son realmente dignos de confianza y competentes.

Llega el final de nuestro segundo año en Hogwarts, dos semanas más y estaré en Londres con mis padres. Al igual que el año pasado, Harry se ha vuelto más nervioso y silencioso. Más aterrado de lo que ha estado en cualquiera de nuestras aventuras accidentales.

-"Ron, ¿Sabes algo?" Pregunté en voz baja mientras señalaba al pelinegro, quien parecía haberse perdido en sus pensamientos. Últimamente lo hace muy seguido. El pelirrojo observó a Harry por algunos minutos y mordió su labio.

-"Tal vez porque regresa con los Dursley".

Los Dursley, casi los había olvidado. Los únicos familiares vivos de Harry, desagradables y odian la magia al punto en el cual Harry no los ve como a su familia. Aún recuerdo la forma con la cual Vernon Dursley vio con desagrado a Harry al final del año pasado, en lugar de haberlo abrazado y saludado, simplemente le dijo que empezara a caminar. No saludó, no se despidió de nosotros, ni siquiera nos habló.

-"El año pasado no parecía tan mal", comenté y Ron se puso rojo.

-"Tal vez sea por la forma en que lo sacamos de su casa." Al escuchar eso no pude evitar sentir intriga. Sé que Ron aparentemente fue con sus hermanos conduciendo un carro volador, ayudó a Harry a empacar y se fue, pero nada más.

Nos alejamos de Harry con una excusa torpe y Ron derramó la historia completa. Decir que estaba sorprendida era poco. Aquella desagradable familia no se limitaba a ignorar a mi mejor amigo y mirarlo de forma despectiva por ser un mago, ellos lo tenían encerrado en una habitación con rejas externas, seguros y una puerta para gatos, por la cual aparentemente lo alimentaban. Ron no había entrado, pero sus hermanos sí, y le dijeron poco después para que Harry no escuchara. También sé, por Ron, que Harry solía dormir en un armario antes de entrar a Hogwarts. Entre más lo pensaba, me sentía peor.

No es secreto para nadie que Harry Potter deseaba quedarse en Hogwarts todo el verano, anhelando tener una familia, viendo su álbum de fotos todas las semanas en sus tiempos de descanso. Que "el niño que vivió" regresara varios kilos más delgado al inicio de cada año escolar, fuera bajo y escuálido, el chico más pequeño de la clase, especialmente con piel pálida y usando ropa vieja, varias tallas más grandes, es algo que llama poderosamente la atención.

Todo este tiempo. Yo, Hermione Granger, quien siempre había creído saberlo todo, no lo noté. Incluso reparé sus anteojos rotos el día que lo conocí y aun así no vi las señales.

-"Debemos hacer algo."

-"Ya hablé con mi madre. Fred, George y yo intentamos convencerla de permitirle a Harry pasar todo el verano en nuestra casa. No lo permitió. Nos ignoró cuando le hablamos de las rejas, ni siquiera nos escuchó el día que lo llevamos a casa."

Tres contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora