Ocho versos para adiestrar la mente

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Verso 4
Cuando vea a seres de disposición negativa
o a los que están oprimidos por la negatividad o el dolor,
pueda yo considerarlos tan preciosos como un tesoro hallado,
pues son difíciles de encontrar.
La razón por la que los seres de disposición negativa se identifican se-
paradamente como centro de atención en el adiestramiento mental es que,
cuando uno se encuentra con tales personas, puede caer en la tentación de
reaccionar de una forma muy negativa. En cierto sentido, esos seres ponen
a prueba la habilidad que uno tiene para mantener su adiestramiento bási-
co. Por eso merecen especial atención.
Seguidamente, puedes aplicar ese mismo sentimiento a la sociedad en
general. Existe, entre los seres comunes, la tentación o la tendencia de re-
chazar a ciertos grupos de personas, de marginarlos y de no desear in-
cluirlos dentro del círculo más amplio de la comunidad. Las personas til-
dadas como criminales son un ejemplo. En tales casos, es especialmente
importante que el practicante haga un esfuerzo aún mayor para tratar de in-
cluirlos, de forma que puedan tener una segunda oportunidad en la socie-
dad y también una oportunidad para restablecer su amor propio. Del mis-
mo modo, dentro de la sociedad, existe también la tentación de ignorar o
negar la existencia de enfermedades incurables, como el SIDA, pensando:
“Eso no me ocurrirá a mí”. Se tiende a hacer la vista gorda a estas cues-
tiones. También en tales casos, un verdadero practicante debe reflexionar
profundamente sobre esos fenómenos y tratar de aceptarlos. Uno debe cul-
tivar su mente para que sea capaz de sentir empatía hacia todos los seres y
de relacionarse con ellos del modo más correcto.
Verso 5
Cuando otros, impulsados por los celos,
me injurian y tratan de otros modos injustos,
pueda yo aceptar la derrota sobre mí,
y ofrecer la victoria a los demás.
Normalmente, desde un punto de vista convencional y legal, si se hi-
cieran injustamente ciertas alegaciones contra alguien, sin base ni funda-
mento, se consideraría justificado que el perjudicado reaccionara con en-
fado. No obstante, se recomienda al practicante que no reaccione de este
modo, especialmente si la consecuencia de ese trato injusto es el perjuicio
propio y de ningún otro ser. A un verdadero practicante se le aconseja que acepte la derrota y ofrezca la victoria, evitando de este modo una reacción
negativa de indignación y enfado.
Verso 6
Cuando una persona a quien he ayudado,
o en quien he depositado todas mis esperanzas
me daña muy injustamente,
pueda yo verla como a un amigo sagrado.
Generalmente, cuando ayudamos a alguien, tendemos a esperar algo a
cambio. Cuando una persona tiene una estrecha relación contigo tiendes a
esperar algo de ella. Y si esa persona, en lugar de responder positivamen-
te a tu bondad y compensarte por ello, te inflige daño, sientes indignación,
como normalmente le ocurriría a cualquiera. Tu sentimiento de dolor y
desilusión es tan fuerte y tan profundo que consideras perfectamente justi-
ficado reaccionar con indignación y enfado. Pero a un verdadero practi-
cante se le sugiere que no se deje llevar por esa clase de respuesta común,
sino que utilice la experiencia como una oportunidad para adiestrarse, co-
mo una lección y una enseñanza. El practicante debe considerar a esa per-
sona como a un verdadero maestro de paciencia, porque es en ese mo-
mento cuando se hace más necesario tal adiestramiento. Uno debe recono-
cer que esa persona es tan valiosa como un maestro precioso y difícil de
hallar, en lugar de reaccionar con enfado y hostilidad.
No obstante, no se está sugiriendo aquí que un verdadero practicante
deba ceder siempre ante cualquier perjuicio o injusticia que se le esté in-
fligiendo. De hecho, de acuerdo con los preceptos del bodisatva, se debe
responder a la injusticia con una fuerte contramedida, especialmente si
existe algún peligro de que el perpetrador del crimen vaya a proseguir con
sus acciones negativas o si otros seres sentientes pueden verse perjudica-
dos. Lo que se requiere es comprender bien la situación. Si ocurre una in-
justicia y no trae mayores consecuencias para el perpetrador del crimen ni
para otros seres sentientes, entonces, quizá será mejor dejar las cosas tal
como están.
Verso 7
En resumen, que pueda yo ofrecer, directa e indirectamente,
toda alegría y beneficio a todos los seres, mis madres,
y que sea capaz de
tomar secretamente sobre mí todo su dolor y sufrimiento.
El sufrimiento al que se hace referencia en este verso es, quizá, tan
fuerte, que al menos a nivel del pensamiento uno puede tomar sobre sí mis-
mo el sufrimiento, el dolor y las penas que experimenta. Uno puede tam-
bién tomar mentalmente sobre sí las negatividades, que son la raíz de tales
sufrimientos. Y puede, asimismo, compartir con otros la totalidad de las
cualidades que posee, como su alegría, las causas de su alegría, las raíces
de su virtud, sus acciones positivas, etc. Uno ofrece estas cualidades posi-
tivas a los otros seres sentientes.
El adjetivo "secretamente" se refiere a la práctica del tong-len, la
práctica de dar y tomar. La palabra "secretamente" sugiere un modo de
practicar la compasión que quizá no es aconsejable para los principian-
tes. Es una forma de adiestramiento mental que requiere una determina-
da cantidad y profundidad de coraje y de compromiso. Esto se insinúa,
igualmente, en Guía para el Modo de Proceder de un Bodisatva (Bodi-
cariavatara), de Shantideva. En cuanto a la práctica propiamente dicha
de dar y tomar, o tong-len, se efectúa en conjunción con el proceso de
respiración, exhalando e inhalando, tal como se aconseja en el Adiestra-
miento Mental en Siete Puntos (Lojong don dunma), de Chekawa Yeshe
Dorye.
El adjetivo "secretamente" puede referirse también a la necesidad de
cierta dosis de integridad por parte del practicante. Es decir, que el practi-
cante debe efectuar, con discreción, su práctica de tong-len y evitar con-
vertirse en un exhibicionista. Un verdadero practicante tiene que cultivar
discretamente un adiestramiento espiritual como el tong-len. De hecho,
uno de los maestros tibetanos del linaje del adiestramiento mental, Cheka-
wa Yeshe Dorye, afirma en su Adiestramiento Mental en Siete Puntos:
"Son los estados mentales y los pensamientos y emociones los que necesi-
tan ser radicalmente transformados y reparados pero, en lo que se refiere a
la apariencia externa de la persona, ésta debe seguir siendo la misma". Lo
que Chekawa señala aquí es que los practicantes corren peligro de sucum-
bir a la tentación de exhibirse. A veces lo que ocurre, especialmente en
nuestros días, es que las personas que cuentan sólo con una pequeña ex-
periencia tienden a asumir un aire de importancia o de espiritualidad que
no hace más que abaratar su verdadera experiencia. Un verdadero practi-
cante requiere una auténtica integridad.
Verso 8
Que no se vean mancillados por los conceptos
de los ocho intereses mundanos
y, conscientes de que todas las cosas son ilusorias,
que puedan ellos, sin aferramiento, verse libres de las ataduras.
Las dos primeras líneas de este verso poner énfasis en la necesidad de
asegurarse de que la práctica espiritual y el adiestramiento mental que uno
está llevando a cabo no están contaminados por los ocho intereses munda-
nos. Esto es importante incluso para el maestro. Por ejemplo, yo estoy aquí
sentado en el trono, impartiendo esta enseñanza. Si en algún lugar, en mis
pensamientos, surge la curiosidad, “¿Lo he hecho bien?, ¿qué piensa la
gente de mi discurso?, ¿les habrá gustado?, ¿me elogiarán por ello?”, mi
adiestramiento espiritual estará contaminado. Los intereses mundanos no
deben oscurecer ni contaminar un adiestramiento espiritual verdadero.
Las dos últimas líneas de este verso recalcan la necesidad de situar la
práctica y el adiestramiento mental dentro de una comprensión absoluta de
la verdad última o vacuidad. Declaran que uno debe hacerse consciente del
carácter ilusorio de todos los fenómenos y, sin aferramiento, liberarse de
las ataduras. Pero antes de poder cultivar la comprensión de la naturaleza
ilusoria de todas las cosas, es necesario negar la realidad substancial de las
mismas, incluyendo la del propio “yo”. No es posible desarrollar la per-
cepción de la naturaleza ilusoria de los fenómenos sin antes negar la reali-
dad substancial de la existencia.
¿Que hay que hacer para comprender la insubstancialidad o vacuidad
de las cosas? No es suficiente con imaginar simplemente que todo está va-
cío y carente de existencia substancial. No es suficiente con sólo repetir
constantemente este verso, casi como una fórmula. Lo que se requiere es
desarrollar una comprensión profunda y genuina de la vacuidad mediante
un proceso racional de análisis y reflexión.
Una de las maneras más eficaces y convincentes de comprender el mo-
do en que todo está vacío y carente de una realidad substancial es com-
prender la naturaleza interdependiente de la realidad, que es el surgir de-
pendiente de todas las cosas. Lo que es especial en la comprensión del sur-
gir dependiente es que nos proporciona la posibilidad de encontrar ese ca-
mino central entre la nada total, por un lado, y la existencia substancial o
independiente por el otro. Las cosas son dependientes y se originan de-
pendientemente. Esta comprensión por sí misma sugiere que los fenóme-
nos carecen de una naturaleza independiente o de una existencia indepen-
diente. La idea de que las cosas surgen en relación a otras mediante una
compleja matriz de hechos que se originan de forma dependiente protege,
también, al practicante del peligro de caer en la visión opuesta del nihilis-
mo: pensar que nada existe. Así pues, hallando ese camino central, se pue-
de llegar a la comprensión genuina y al conocimiento intuitivo de la va-
cuidad.
Cuando has hallado esta visión directa de la vacuidad en tu meditación,
se añade una nueva cualidad a tu interacción con el mundo y con los obje-
tos que te rodean. Hay una nueva cualidad en tu compromiso con el mun-
do porque eres consciente de la naturaleza ilusoria de la realidad. Los ver-
sos sugieren que quienes practiquen el adiestramiento mental deben ha-
cerlo siendo conscientes de la naturaleza ilusoria de la realidad.




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