Capítulo 2

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Grora no volvió a ver al ángel jefe ni en toda la mañana, ni a lo largo de la tarde, pero más que relajarla, algo le causaba extrañeza en todo esto -Realmente está molesto- pensó, pero por más que le daba vueltas al asunto mientras terminaba sus quehaceres, menos sentido tenían sus pensamientos, sabía que debía hacer algo pero ¿qué?, solo quería que las cosas volvieran a la normalidad.

Una vez terminó de limpiar todo, por fin pudo descanzar, fue a su habitación, caminó directamente hasta su cama y se dejó caer sobre ella, estaba exhausta, pero no estaba tranquila, aún debía arreglar las cosas. Pensó en darle algo, eso funcionaría definitivamente, pero ¿qué cosa?, se quedó en blanco, su rostro estaba hundido en las suaves sábanas así que por un momento casi logra vencerle el cansancio, el que finalmente se desvaneció con una gran idea que llegó a su cabeza. De un solo brinco se puso en pie diciendo -¡Flores! Eso es- y salió rápidamente en dirección a cumplir con su cometido.

[...]

Wodahs terminaba de preparar la cena cuando volvió a su mente la imagen de Grora disculpándose por haber atravesado su cabeza con​ sus flechas, ya no le molestaba la situación, no estaba enojado, a esas alturas del día ya le daba igual, pero sin dar cuenta de la situación, el recuerdo de la mañana volvía a su mente sumiéndose​ en sus recuerdos.

Solía ser distraído, se dejaba llevar por la rutina a tal punto de que si algo llegaba a entrar a su cabeza, su atención se disminuía considerablemente, lo que llevó a un pequeño error al seguir la receta de la cena, pues acudió dos veces al salero.
Llevó la cena al salón y la sirvió a su hermano y diosa, quienes fueron los primeros en notar su error.

-Wod... La sal- Kcalb esta vez fue el primero en hablar, quedó completamente extrañado, en todos los años que convivieron, nunca le había pasado algo así.
El ángel tranquilamente se acercó y probó un poco del plato para luego guardar silencio, estaba en shock.

-No te preocupes Wodahs- señaló Etihw, quien con un movimiento rápido de dedos, arregló el problema -deberías tomar un descanzo- dijo, tratando de ser lo más comprensiva que pudo, pues lo sabía todo, le hacía gracia la razón pero guardaría silencio, no quería adelantarse a los hechos.

El joven de cabellos grises se retiró tras una reverencia, para hacer caso a las palabras de la diosa.

-¿Qué tramas?- preguntó el diablo a su acompañante, pero ella solo le dedicó una sonrisa. Eso solo puede significar problemas.

[...]

Era tarde, Wodahs trataba de auto convencerse de que solo estaba cansado, esta vez haría caso a las palabras de Etihw y tomaría un buen descanso, o eso quería, pero al cruzar por el umbral de la puerta de su habitación, notó algo extraño; sobre su cama habían flores de su jardín, la humedad había pegado barro en los tallos de estas, sin mencionar que aún tenían raíces, lo que había manchado el cobertor, pero lo que sobre llenó el vaso fue que aquellas flores eran las que con mucho cuidado había estado cuidado en su jardín con mucha dedicación.

-¡ALELA GRORA!- solo tuvo que llamarla una vez para que hiciera presencia.

El ángel mencionado llegó a la escena con un aire despreocupado pero alegre -¿Te gustó el obsequio?- dijo con su mejor sonrisa, respuesta que hizo lucir una vena en la frente del más alto, nuevamente estaba molesto.

-¡Ve a replantar todas esas flores!- ordenó molesto, ¿acaso este día no terminaría?

Grora por su parte solo hizo caso, aunque también se notaba molesta -después de que me tomé la molestia de tener un lindo gesto, cabeza de ángel- murmuró mientras tomaba las flores, pero al ver el desastre que había hecho, solo se retiró con algo de tristeza.

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