—¿Princesa? —preguntó extrañado el comandante, al ver que también me ponía de pie.

—Si esta no es una situación de máxima emergencia, no sé cuál la sea —dije, y me alegré al ver que varios se ponían de pie también, listos y dispuestos e entrar a pelear.

—P... Pero, ¿y las órdenes directas? —balbuceó.

—¿Quieres órdenes más directas que las mías? —contesté —. ¡Vamos, nuestros compañeros están en peligro! —corrí bajando la montaña, mientras varios me seguían por detrás.

En seguida nos aproximamos a la base, rayos de colores iban siendo disparados en nuestra dirección a la vez que personas iban cayendo detrás mío. Fue inesperado, por lo que el contraataque tardó unos segundos en aparecer.

—Debí haber sabido que no eramos los únicos en planear una emboscada —susurré para mí. En teoría esto sería un ataque sorpresa, pero el enemigo nunca va a estar lo suficientemente sorprendido como para dejarse vencer fácilmente.

Trataba de esquivar los ataques para así poder llegar al lugar de la explosión. Saber cómo se encontraban Phoeb y el resto de la gente era lo único que pasaba por mi cabeza. Por lo menos hasta que un rato dio directo en ella, dejándome en el suelo tumbada unos momentos y con mis oídos zumbando.

Junto a mí caían varias más personas; algunos de mi ejército, otros del ejército de Cyrill, pero todos gente del reino. Así me di cuenta que esto lo iba a terminar hasta que fuera por la cabeza más grande. Entonces me puse de pie rápidamente, y siendo invisible para todos corrí dispuesta a buscar a Cyrill.

Pasaba corriendo entre rayos y chispas de todos colores, posiblemente un espectáculo increíble de admirar a la distancia, hasta el momento en que te das cuenta de todas las bajas que se están teniendo, todos los hijos, padres, parejas y amigos que se están perdiendo.

No podía parar.

Aunque, una vez más y esta vez no siendo un ataque planeado, un rayo logró arrancar una porción considerable de piel de mi brazo. No sé de qué manera pude encontrar la fuerza para mantener mi concentración y mi estado invisible no se viera afectado.

Con un pequeño hilo de sangre corriendo en mi frente, mi brazo izquierdo abierto y mi cara toda mojada y sucia por la nieve seguí buscando a Cyrill, y ayudando a la gente cada vez que se daba la oportunidad.

—¡Ella es tu prima, pudiste terminar esto hace muchos años! ¿Por qué hasta ahora? —bramó una furiosa voz detrás de mí. Giré bruscamente mi cabeza y vi un interminable vaivén de colores naranja quemado y un zafiro brillante. Eran Cyrill y Leo quienes estaban gritando mientras trataban de ser el vencedor del encuentro.

—¡Ella no es mi prima! Me disgusta siquiera pensar en compartir sangre con alguien que piensa que las personas son desechables —replicó Cyrill irradiando furia. Uno de sus ataques finalmente alcanzó la pierna de mi hermano y este cayó al suelo —. No pudieron hacer nada por ellos en milenios y estaban aterrados de siquiera pensar en que las cosas fueran diferentes. Va a haber un cambio. Qué pena que ni ella ni tú estarán ahí para verlo —su ataque estaba listo para ser disparado y mi hermano no podía hacer nada para esquivarlo. Por suerte tardó lo suficiente para que pudiera estar a mi alcance y llamar su atención.

—Entonces tú tampoco vas a estar aquí para presenciar ese cambio —dije desviando su ataque de la dirección de Leo. Había entendido que James y Cyrill eran la misma persona hace mucho tiempo, solo que aún me costaba ver la cara del que fue mi compañero por más de tres años con deseos de enterarme viva a mí y a toda mi familia.

—Mili, ¿qué haces aquí? ¡Ustedes no se supone que entren! —alegó mi hermano tratando de levantarse.

—Perdón por salvarte la vida, me agradeces luego, pero ahora necesito que vayas al lugar donde el segundo frente tuvo que haber entrado. Hubo una explosión y quiero saber qué pasó —dije ayudándolo a ponerse de pie.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 05, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Cuatro ReinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora