- Esa herida es demasiado perfecta y demasiado recta para ser un arañazo.

- ¿Y qué podría ser si no?

El levantó la vista y me miró a los ojos.

- No sé. Dímelo tú.

- Esto es ridículo- dije apartando la mano de la suya, y escondiéndola entre mis rodillas.

Aparté la vista de él y miré nerviosamente la habitación, intentando calmarme. Se estaba acercando demasiado a la verdad.

- A mí no me parece ridículo. Sólo quiero saber con qué te lo has hecho.

Volví a mirarlo. Ya estaba empezando a enfadarme. No quería que nadie me preguntara eso. No sabía que responder a esas preguntas, y no me gustaba que otra persona que no fuera yo manejara la situación.

- ¿A qué vienen tantas preguntas?

- A que nadie es lo que parece.

Lo miré en silencio, analizando su rostro.

No sabía lo que pensaba. Sus ojos no me transmitían ningún sentimiento. Estaban vacíos. Así era imposible saber que pensaba acerca de la herida, y porque me había dicho eso.

En ese momento entró el profesor en clase, y nos ordenó que sacaramos los libros.

El tema no volvió a salir, y Louis y yo permanecimos en silencio. A veces sentía como sus ojos se clavaban en mi perfil, pero no me atrevía a mirarlo.

Las clases pasaron rápidas, hasta que escuché el timbre que indicaba la hora del almuerzo.

Me levanté y empecé a meter los libros en la mochila.

- Oye.

Me volví y casi me golpeo contra el pecho de Louis. Miré hacia arriba, para poder ver sus ojos.

Estaba tan cerca que podía sentir como su pecho subía y bajaba con cada respiración, podía ver la vena que saltaba en su cuello con cada latido del corazón, y donde tenía unas ganas casi irrefrenables de plantar los labios. Podía ver las marcas de los dientes en su labio inferior. Seguro tendría la manía de morderlo al ponerse nervioso.

Todos esos pensamientos pasaron por mi cabeza en cuestión de segundos, hasta que vi como sus dientes se clavaban en su labio inferior, y tuve que esforzarme por no sonreír.

Estaba nervioso.

- Siento mucho haber desaparecido ayer. Quiero que sepas que no tengo nada contra ti, pero es mejor que te mantengas alejada de mí. No te conviene acercarte a alguien como yo.

Lo miré sorprendida, sin saber que contestar. Fruncí las cejas, lista para pelear, cuando de repente se dio la vuelta y se fue, dejándome con la palabra en la boca.

¿Pero este que se habrá creído?.

- ¡Hola, Mel! ¿Qué hacías hablando con Louis?

Me volví y me encontré con Bryan.

- Nada. Ni yo misma lo sé.

Intenté sonreír, aunque todavía seguía cabreada.

- Bueno, ¿lista para ir a almorzar?

- Claro que sí.

Salimos al kiosco de la otra vez y compramos nuestros bocadillos. Debajo del árbol ya estaban sentados los demás chicos.

-¡Hola!- dijeron todos.

Yo me limite a sonreír y a sentarme junto a Bryan.

- ¿Cormo te va en el insti? ¿Has conseguido adaptarte?- dijo Trevor.

Almas Oscuras- Louis Tomlinson.Where stories live. Discover now