Capítulo 10 « El desierto de Sarigua, es ¿El Bosque Mágico?»

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— ! Cristal ! — le decía Cristóbal mientras la tomaba de los hombros y la sacudía, intentando que reaccionará. Sin embargo ella estás rígida y con la mirada en blanco pero fija al techo. Así se mantuvo por cinco minutos, hasta que lentamente volvió.
—¿Estás bien? — pregunto Cristóbal.
— Si, supongo...— le decía algo mareada.
— ¿Qué te sucedía?
— Ya se a donde debemos ir, para conseguir la llave de la caja.
—¿Y donde?
— El bosque Mágico.
Cristóbal se levantó y mirando por la ventana pregunto.
—¿Bosque mágico? La verdad no se porque me sorprendo ya todo puede pasar. ¿Y cómo llegamos?
— Bueno el bosque está en un desierto...
— ! Espera ! ¿Desierto? Si en Panamá sólo está el de  Sarigua y eso creo que está en Herrera.
Cristal observando su brazalete le dijo muy convencida a Cristóbal.
— Pero debemos ir a la torre de Panamá la Vieja y en la cima usar tu espada, con ella seremos llevados al desierto y después debemos encontrar el bosque.
— ! Calma ! ¿ Todo eso lo viste ? .
— Eh si, ¿Porqué?
— No, es genial, ! Salgamos de inmediato !.
Los jóvenes prepararon nuevamente una mochila con provisiones para la aventura, y llevando consigo la caja así como su espada salieron rumbo a las ruinas de la ciudad de Panamá la Vieja.
— ¿Te puedo preguntar algo? — le decía Cristóbal mientras conducía el automóvil.
— Dime.
— ¿Qué le pedirás al Cristal?
— La verdad, no lo sé. Últimamente soy muy feliz.
En el camino no se dijo ninguna otra palabra, y al llegar dejaron el automóvil estacionado y caminando llegaron a la torre del campanario. Una vez ahí Cristal busco la manera de llegar a la cima del campanario, pero la estructura era muy inestable, entonces observando unos andamios los movió para subir a ellos, pero aún así no lograrían llegar al techo, pero tenía la idea de escalar el resto. Por lo cuál subiendo al andamio se vieron obligados a escalar, pero pronto la Policía se percató de sus actos, los cuales calificaron como vandalismo y dando órdenes les decían que debían bajar, pero ellos seguían subiendo. La Policía temía dispar pero como los jóvenes no obedecían órdenes, ya les amenazaban con disparar. La ventaja de ellos era que las cámaras de vídeo, de los noticieros aún no llegaban.
— ! Listo ahora coloca tu espada en la ranura y gira como si fuera una llave !
— Entiendo, pero ¿Cuál ranura?
En ese momento no había a la vista ninguna ranura, pero Cristal estaba segura que era ahí. Entonces ella comenzó a tocar con sus manos el suelo buscando aquella ranura.
—¿Y ahora qué hacemos? — pregunto Cristóbal.
— No lo sé, yo vi una ranura aquí. ! Maldición !.
— Tal vez yo debo hacer ¿La ranura?
Cristóbal levantando su espada la clavó con fuerza contra el techo de ladrillos y una chispa salto en ese momento, después el cielo se oscureció y las nubes descendieron hasta cubrir la torre, en ese momento Cristal le dijo que debía pensar en ir al bosque mágico, sólo en eso y después girar la espada.
— Ok. Bosque mágico, bosque mágico...— decía en su mente y cuando giró la espada, una luz les envolvió y un rayo cae y los hace desaparecer.

—¿Estamos muertos? — pregunto Cristal mientras se tocaba el rostro.
Los jóvenes habían sido transportados al desierto de Sarigua.
— A ver Cristal, según tu visión aquí hay un bosque, en medio de un desierto.
— Si, pero debe estar oculto.
— ¿Oculto como invisible?
— Más o menos. Espera ves ¿Eso?.
— Si, se llama espejismo.
Cristal se acercó al espejismo pues ambos lo están mirando y extendiendo su brazo sintió como frente a ella había una especie de barrera invisible. Cristal entonces usando sus manos, las cuales colocó frente a aquella barrera y como si abriera una puerta doble frente a ella aprecia una enorme vegetación. Cuando los jóvenes cruzaron la barrera se cerró nuevamente y frente a ellos había un inmenso bosque con montañas y era tan inmenso que se perdía con la mirada.
— ¿Este es el bosque mágico? — pregunto Cristóbal observando a su alrededor.
— Eso creo— decía Cristal tan asombrada como él.

Al caminar pronto se encontraron con una peculiar aldea de enanos. Aunque los enanos son inofensivos, si se asustaron cuando vieron a Cristóbal y Cristal llegar a su aldea, pues eran tan grandes como los Orcos que en las noches de Luna llena merodean la zona, o tan grandes como los espíritus de los árboles. Criaturas antiquísimas que son árboles pero tienen la capacidad de moverse de un lado al otro y poseen una forma parecida a la humana.
— ¿Humanos? — pregunto uno de los enanos.
— Hola, soy Cristal y el es Cristóbal, somos viajeros.
Los enanos con cautela se acercaron y picando con palos el cuerpo de Cristóbal comprobaban si era real o no.
— Gente de por aquí...— Cristóbal no sabía cómo decirles. — Estamos buscando una llave para abrir una caja.
Los enanos no dejaban de picar a Cristóbal con los palos, hasta que Cristóbal le quitó uno y levantado la voz dijo.
— !Busco una llave!
Los enanos guardaron silencio y del interior de un tronco se escuchó una voz masculina muy profunda que decía.
— ¿Una llave dices?
— Debe ser su jefe— le decía Cristóbal a Cristal. Pero cuando el portador salió a la luz era un enano muy joven, casi que un bebé y era cargado por otro más adulto.
—¿Qué se supone que es esto? Ese niño tiene una voz tan...— nuevamente Cristóbal no sabía que decir por temor a ofender. Entonces el bebé enano les pidió a todos que se sentaran y les dijo.
— Nosotros somos ciertamente enanos o gente pequeña, no tenemos magia, sólo trabajamos en campo, nuestra madre es un árbol y nacemos ancianos, pero morimos bebés. Yo soy el líder de esta aldea y mi nombre es Kadir hijo de esta tierra y hermano de todos. Ustedes buscan una llave que se encuentra en lo profundo de este bosque, en el interior de una cueva, custodiada por un temible guardián cuyo nombre es suficiente para temer.
—¿Perdón, como se llama ese guardián? — pregunto Cristóbal levantando la mano.
— ¿Disculpa? — Dijo Kadir.
— El quiere saber el nombre del guardián o al menos como es. — le respondió Cristal.
— Bueno...La verdad es que no tengo idea, nunca nadie a tenido necesidad de ir hasta allá.
—¿ Y cómo saben todo esto?
— ¿Saber que cosa?
— ! Lo de la llave y todo! — exclamó Cristóbal algo exaltado.
— Ah eso. Bueno sabrás que estamos conectados a nuestra madre el árbol y ella nos dijo.
— ¿Y le debo creer a un árbol que da a luz enanos? — pregunto Cristóbal de manera sarcástica.
— Bueno hace un instante me estabas creyendo a mi...
— Y díganos  ¿Cómo llegamos a esa cueva? — pregunto Cristal.
— Bueno supongo que si sólo caminan por ahí deben llegar algún día, la verdad no hay perdero, la cueva tiene forma de calavera.
Cristóbal sentía un inmenso deseo de estrangular al bebé enano Kadir por dar pésimas indicaciones, pero Cristal afortunadamente estaba ahí para evitarlo.
Una vez cuando se despidieron de la aldea de los enanos los jóvenes se disponían a seguir su camino, pero entonces Kadir les gritó.
— ! LO OLVIDABA CERCA DEL RÍO VIVE UN ELFO, EL TIENE UN MAPA DE COMO LLEGAR A ESA CUEVA Y CUIDADO CON LOS MOSQUITOS! 

El Cristal Mágico Y El Guardián  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora