Prólogo

369 4 0
                                    


Mi nombre es Carlos, tengo 21 años y soy adicto a las pajas. No soy virgen, pero tampoco sé cómo es que no lo soy, es decir, ¿Cómo es que puedo gustarle a algunas chicas? Mi adicción me ha generado problemas con las parejas que he tenido, con amigos y con mi familia.


Creo que comenzó a los 13 años, fue cuando por primera vez me dejaron la casa sola, éramos solo el computador y yo, ¿Qué podía salir mal? mis amigos solo hablaban y hablaban de ello. Era un novato en el mundo de la masturbación. A pesar de que no había nadie en casa, me encerré en el cuarto de mis padres, donde estaba ubicado el computador. Me desnudé completamente y fui al grano... no recuerdo muy bien cuál fue la primera página en la que entré, pero mis amigos habían mencionado muchas de ellas (pensándolo bien, vaya pedazos de enfermos que eran mis amigos). Lo siguiente que recuerdo era que estaba viendo aquel video pornográfico; frotaba y frotaba mi miembro con el fin de buscar el placer, a decir verdad, era un mundo nuevo para mí, era como descubrir América en mi cuerpo. Finalmente, luego de muchas frotadas, sucedió, me corrí, era la primera vez en mi vida que eyaculaba, sentí asco al instante, así que fui a limpiarme, me quedó doliendo el pene, pero había descubierto algo parcialmente placentero a lo que —por desgracia— me volvería adicto.  


Así fue cómo todo comenzó, así es como ahora tengo un registro personal de más de 10.000 pajas, es algo de lo que me avergüenzo, he arruinado mi condición física, pero no puedo parar. Me gustaría volver en el tiempo y jamás haber descubierto ese continente, esa sensación tan fantasiosa y momentánea que dicha adicción me genera cada vez que me la hago.

Anécdotas de un PajeroWo Geschichten leben. Entdecke jetzt